La concesión del premio Nadal 2024 al periodista Jorge Fernández Díez de ascendencia asturiana, un referente del Periodismo desde el  diario La Nación temido y respetado, muy crítico no solo con kirchnerismo, sino con Javier Milei, quien contra todo pronóstico, sin partido, sin infraestructura política, ganó las elecciones, seguido con entusiasmo especialmente por los jóvenes y lo que es más paradójico por las clases populares que en Argentina viven en condiciones lamentables, es  el político más valorado por sus éxito 

Esta concesión del Nadal me ha traído a la memoria mi estancia dichosa en Buenos Aires y Mar del Plata, por motivos muy queridos. Allí pude constatar   en vivo algunas realidades que el gran periodista, narra con pasión y emoción, sobre las condiciones   y circunstancias que los asturianos emigrantes vivieron en la Argentina de Perón, cuando la España de la postguerra, clamaba: Franco danos pan blanco”. Muchos asturianos en la década de los cincuenta emigraron buscando salir de la pobreza. Traté con algunos que emigraron y después de muchos sacrificios y esfuerzos lograron   triunfar en diversos negocios, especialmente en la hostelería, como fue el caso de Manuel, un asturiano de una aldea de Tineo, luchador y emprendedor hijo de un republicano, quien me contó todas las duras circunstancias que los asturianos emigrantes pasaban. Era dueño de un prestigioso restaurante en pleno paseo de Mar del Plata; en una  distendida conversación hablamos de la situación política de España;  ciclismo de los Picos de Europa   Covadonga  y Los Lagos- como se emocionaba-  Manolo luchaba  por la dignidad  de los emigrantes que no había conseguido el éxito y Vivian en condiciones  penosas sin la posibilidad  de regresar a España, por falta de medios y oportunidades. Tenía dos hijos jóvenes y le preocupaba su futuro por el incierto rumbo de su querida Argentina. Manuel me contó que tenia en su poder una carta de Maldonado el ultimo presidente de la República en el exilio. En Mar del Plata vivía también el mayor empresario de café, otro asturiano.

Otro empresario asturiano de éxito, que conocí y traté mucho y fue un mierense, Faustino, casado con Raquel una mujer entrañable (DEP). Faustino llegó a triunfar como emprendedor en los tiempos de Menem, poseía un gran garaje en el mismo corazón de Buenos Aires  en la C/ Ribadavia. En Buenos Aires pude ver in situ las famosas villas miserias que como un cinturón de pobreza rodean la gran y esplendorosa capital de Argentina; en donde unos misioneros españoles se dedicaban en cuerpo y alma a atender los vulnerables. Los Centros asturianos en Solís y Vicente López eran un lazo de unión que mantenían   los asturianos con su   añorada Asturias.