La decisión, de hace unos días, del Gobierno del Reino Unido de que los menores de nueve años no podrán recibir educación sexual en los colegios es un reconocimiento del fracaso de determinados modelos de formación sexual y un aviso a los Gobiernos, como el español, que se empeñan en utilizar la escuela como medio para imponer una determinada concepción antropológica. El Ejecutivo de Rishi Sunak recoge, en una guía que ha enviado a los colegios, la prohibición de tener conversaciones “explícitas” sobre sexo hasta que los menores cumplan 13 años. Los profesores no podrán sugerir ideas sobre la identidad de género a los alumnos mayores de 13 años. La educación sexual estará centrada en los procesos de concepción y nacimiento, y se inculcará la importancia de la familia, la amistad y el respeto a los otros. También se incidirá en la formación del pensamiento crítico ante los estereotipos sexuales que circulan en los medios y en las redes.