Sr. Director:
Se critica al Sanchismo porque habría degradado al PSOE en sus prístinas esencias; pero el PP de Feijoo poco tendría que envidiarle, cuando basta que le mencionen a Franco para que renieguen hasta de los fundadores del partido. Y es que en esto PP y PSOE no se diferencian mucho, si indagamos de donde procedía la inmensa mayoría de socialistas, centristas y derechistas que tan aceleradamente coparon los puestos de relevancia política tras la muerte del general. Esta coincidencia explicaría la confluencia de unos y otros en sacar adelante unas leyes de desmemoria intentando manipular una parte fundamental de nuestra historia.
Coincidencia que también se suele dar ya ante temas de trasfondo ético, más allá de lo económico, donde convergen la deriva del PP feijodista y la del PSOE sanchista en trascendentales asuntos como el aborto, el wokismo progresista y la nefasta ideología de género, la Agenda 2030 tan dañina para el campo español y la ganadería, y el destino fijado para España por una UE que nos limita a ser un país de camareros al servicio del turismo de sol y playa, donde nuestros jóvenes más preparados se verán abocados a emigrante ante el triste horizonte de precarios trabajos con menguantes sueldos. Ámbitos cada vez más comunes donde Sanchismo y Feijodismo actúan como dos caras de ese bipartidismo ancestral que, cediendo paulatinamente ante los separatistas, nos ha conducido a la preocupante situación actual.