VEcino (2)
El ególatra vuelve a su egolatría: ¿Cómo se atreven a abuchearme a mí, a insultarme a mí, a intentar pegarme con el palo de una escoba? Está clarísimo: estamos ante un atentado contra la autoridad, nada menos.
Así que condenemos a cuatro años de cárcel a unos desesperados cabreados, ante un tipo que exclamó aquello de "si necesitan algo, que lo pidan". Se refería al Gobierno del PP valenciano, ciertamente, pero detrás estaban las víctimas valencianas, de cualquier partido.
El problema de Sánchez es que es un ególatra, como dijo Pablo Casado, y un poco sociópata. Nunca le habíamos visto como en Paiporta, abandonando a los Reyes de España y llevado en volandas, como un muñeco roto, las palmas de la mano hacia arriba, por sus guardaespaldas con la rostro desencajado... y ese recuerdo no puede sufrirlo, pues la cobardía es difícil de prever, más difícil de sufrir y muy dura de recordar.
Y, como no podía sufrirlo, en cuanto llegó al centro de mando, ya bien protegido, alejado del pueblo cabreado, se volvió a crecer hablando de minorías y cuando regresó a la base, al Palacio de La Moncloa, en Madrid, llegó más lejos y hablo de "ultras perfectamente organizados".
No eran ultras organizados, eran pueblerinos cabreados
Miren ustedes, si el hombre de la escoba lleno de barro, el que golpeó con el cepillo al coche supuestamente blindado de don Pedro Sánchez, era un 'organizador ultra' entonces yo soy arzobispo de Toledo y archipámpano de Las Hurdes.
Da igual: lo ha dicho Sánchez, lo ha ratificado Marlaska ('Miserias Marlaska', como le llamó La Razón en un comentario memorable) repitió la patraña y Óscar Puente, un tipo listo y en verdad venenoso, acabó echando la culpa a los Reyes, culpables de que Sánchez hubiera aparecido en Paiporta.
Y enicma, Sánchez Marlaska envió una unidad de élite de la Guardia Civil desde Madrid a Valencia para deterner al pobre hombre del cepillo. Sin comentarios.
Ahora bien, la humildad no es más que la verdad y la soberbia no es más que una mentira: no eran ultras organizados, eran pueblerinos cabreados.