Lo contaba Ignacio Aguirre el pasado domingo en Hispanidad. Tim Walz, nombrado candidato a la Vicepresidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, era uno de los más radicales, y repugnantes, aborteros de Estados Unidos, del Partido Demócrata, gobernador del Estado de Minesota. Esta era su definición: "Tim Walz, gobernador de Minesota, de 60 años. Ocupa el cargo desde el año 2019 y con anterioridad representó al Estado en la Cámara de Representantes por más de una década. Entre sus “logros progresistas” destaca la legalización del cannabis en su Estado. Firme defensor del aborto y la ideología LGTBI, representa al Estado de Minesota, un símbolo para los demócratas, dado que no han perdido allí una elección presidencial desde 1972. A pesar de que Minesota es un Estado donde Trump ha avanzado terreno para los republicanos, sigue siendo un Estado demócrata, que en principio, no resultará decisivo para las presidenciales".

El miércoles, José Ángel Gutiérrez confirmaba el hecho en Hispanidad. Es curioso: Minesota no es un Estado clave en las elecciones de noviembre pero, miren por donde, Harris ha decidido optar por este hombre que sólo cuenta con una etiqueta: promotor del lobby LGTBI, de la salvajada trans y del aborto en todas sus formas y según el modelo que la OMS pretende impulsar en todo el mundo: aborto hasta el momento mismo de nacer: ¡Toma ya!

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Eso es lo único que importa en la política progresista del momento. Como ocurría en la historia de 'Bourne': si logras que el candidato firme el asesinato del inocente como una de las Bellas Artes, entonces vale todo, también sus convicciones antropológicas, económicas o geoestratéticas. Lo que importa es el WOKE, la nueva religión que algunos incluso pretende hacer compatible con el catolicismo.

Sinceramente, ¿de qué se ríe Kamala?

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