El nuevo currículo pretende que los niños reconozcan su identidad sexual y de género y para ello indica que "deben tener la oportunidad de explorar los diferentes roles de género a través del juego y de su cotidianidad"
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el nuevo currículo de Educación Infantil, que establece los objetivos, criterios de evaluación, saberes y competencias que forman parte de la etapa que afecta a los niños de 0 a 6 años.
El documento señala que es esta la edad «en la que se produce el descubrimiento de la sexualidad y se inicia la construcción de género» y en la que es necesario acompañar a los niños que no se identifiquen con el sexo asignado al nacer. El Gobierno ha querido mantener así en el texto las polémicas referencias a la "construcción de género" y al "descubrimiento de la sexualidad", que incomodan a las familias y a las comunidades autónomas gobernadas por el PP.
La última versión del texto, a la que ha tenido acceso El Mundo, dice que Infantil "es la edad en la que se produce el descubrimiento de la sexualidad y se inicia la construcción de género. También en este aspecto, es el momento de acompañar a cada niño o niña en su propio desarrollo personal, respetando la diversidad afectivo-sexual y ayudándole a identificar y eliminar toda discriminación. En este sentido, es importante recordar que la interacción con la persona adulta orienta y modela en gran medida al niño y la niña, ya que tiende a imitar y reproducir sus estrategias relacionales; por ello es imprescindible identificar y erradicar, en su caso, los posibles mecanismos de discriminación oculta que puedan persistir en el entorno escolar".
Señala El Mundo que la ley incomoda a padres y a feministas seculares, por secundar la teoría queer de que el género es algo que "se construye" y se modela socialmente y no una cuestión biológica con la que el niño o la niña nacen.
Recordar que en su origen, la entonces ministra Isabel Celaá quería crear la asignatura de Valores Cívicos y Éticos, que explicaría a niños de 10 años qué es el coito anal y el sexo oral.
Pero en cualquier caso, no se preocupen. Es cierto que la izquierda es quien se dispone a capitanear el gran lavado de cerebro a la infancia pero no es menos cierto que los gobiernos autonómicos del PP, por ejemplo el de Madrid, son los que han llevado más lejos esta invasión del mundo infantil. Fue en un colegio madrileño donde una niña regresó a casa, tras una charla sobre identidad de género, preguntando a su madre:
-Mamá, ¿yo soy un niño o una niña?
Y todo esto, -tal como explica a Hispanidad una psicóloga infantil con despacho prestigioso- provoca problemas de identidad de género. Cada día más numerosos. No porque el sexo sea equivoco: lo que resulta equívoco es la enseñanza que reciben los niños en los colegios madrileños desde su más tierna infancia (para ser exactos, cuatro años). Les explican que no se nace niño o niña y que el sexo es algo que se elige, que nada tiene que ver con la biología: hay niños con pene y niños con vulva; niñas con pene y niñas con vulva. Son las enseñanzas que el lobby gay, con las bendiciones y apoyo de la pepera Cristina Cifuentes, imparte en las escuelas madrileñas (ojo, y también en otras comunidades autónomas) hasta crear una masa de andróginos y, sobre todo, meter a los pobres críos en un jaleo mental sin salida. Y así, las consultas de psicólogos y psiquiatras infantiles se llenan de padres que acuden con niños indefensos que cuentan, más o menos, lo siguiente: No sé si soy niño o niña. Y no lo pasan bien.
Así, el Gobierno socio-podemita repite el mantra comunista sobre educación. Y así, tras lavarles el cerebro a los niños, cuando estos lleguen a la adolescencia se les animará, como hacían los soviéticos, a acudir a campamentos y convivencias, convenientemente alejados de sus padres, lo más largos posibles, donde se les animará a tener relaciones sexuales tempranas y sin compromiso, naturalmente.