España, un país apático, donde nada importa nada... y así lo reflejan PP, PSOE, Vox y Sumar
Encuestas de verano, tras la nueva catalanada de Pedro Sánchez. El PSOE baja pero, con la que está cayendo en España tras un lustro de Sanchismo y tras el ridículo en que le ha sumido el Puchi de ahora me ves, ahora no me ves, la verdad es que la estrella de Sánchez decae paulatinamente, lentísimamente.
Por otro lado, cae por Cataluña, sí, no por la degeneración moral socialista, no por la economía subvencionada que ha creado y que encima vende como un éxito. Si la gente se encabrona por el ridículo catalán, la verdad es que se encabrona poco.
Recuerden que el 23-J hubo 7,8 millones de españoles que dieron su voto a Sánchez... cuando llevaba cinco años en el poder y ya había forjado esta España irrespirable
La encuestas dicen que un año después del 23-J, con todas las barbaridades perpetradas por Sánchez, en el mejor de los casos, el PP ha subido 2 puntos en intención de voto y el PSOE ha bajado tres. Además, el PP toma prestados los tres puntos en voto que ha perdido Vox (aunque éstos bien podrían haberse ido al SALF de Alvise) y el PSOE se supone recoge, con su política woke -estupidez tras estupidez, barbaridad tras barbaridad, salvajada tras salvajada-, o más bien, le arrebata votos a Sumar y Podemos, aunque no todos los votos que Yolandísima, Ione e Irene se dejan en el camino van a parar al PSOE. El problema de las mujeres que ahora controlan la extrema izquierda española es que son tan, tan pedantes, y tan cursis, que hasta sus seguidores más entusiastas están rozando la frontera del hartazgo.
¿Por qué sucede todo este sinsentido? España, un país apático, donde nada importa nada. Y si importa, ¿qué pasa? Y si pasa, ¿qué importa? El vaciamiento moral de la sociedad española ha generado un pasotismo superlativo, done nada importa nada y a mí me la suda mientras pueda seguir adelante con mi mundo pequeño, que se acaba en mí mismo o poco más.
El problema catalán persiste. Si creas un partido que se llame ‘Catalanes, Capullos (CC)’ te aseguras un millón de votos pero, ojo, si creas un partido llamado ‘Españoles Marranos (EM)’ conseguirás 150.000 votos en Cataluña
Quiero decir que, con la que está cayendo, la pérdida de confianza del electorado en el presidente del Gobierno sólo puede calificarse como mínima: Pedro, ¿qué les das?
Por su parte, Feijóo puede ganar las elecciones... pero seguirá siendo un muerto insepulto. En Génova me dicen que las elecciones no se ganan emocionando. Yo creo que sí, que en España las elecciones no las ganan ni la economía ni la corrupción. En España seguimos votando contra algo o contra alguien y, por tanto, el sarcasmo sigue resultando lo más efectivo. Si no, contemplen a Isabel Díaz Ayuso.
Lo peor: Vox sigue perdiendo votos y la culpa es sólo suya. Ha renunciado a su programa cristiano, el de 2019, el que le llevó a los 3,6 millones de votos y 52 diputados. Abascal no quiere ser presidente del Gobierno, sólo presidente de Vox
Recuerden que el 23-J hubo 7,8 millones de españoles que dieron su voto a Sánchez... cuando llevaba cino años en el poder y nuestro ínclito presidente ya había forjado esta España irrespirable.
Más: el problema catalán persiste. Si creas un partido que se llame ‘Catalanes, Capullos (CC)’ te aseguras un millón de votos pero, ojo, si creas un partido llamado ‘Españoles Marranos (EM)’ conseguirás 150.000 votos en Cataluña.
Lo peor: Vox sigue perdiendo votos y la culpa es sólo suya. Ha renunciado a su programa cristiano, el de 2019, el que le llevó a los 3,6 millones de votos y 52 diputados. Abascal no quiere ser presidente del Gobierno, sólo presidente de Vox, y Jorge Buxadé ha ordenado que se hable cuanto menos de aborto, mejor, porque eso no vende. Y ojo, es supernumeraio del Opus Dei...
La izquierda podemita y sumarita vuelve a ser lo que siempre fue: neocomunismo. Periódicamente, los españoles, siempre dispuestos a que les engañen, vuelven al comunismo, pero en cuanto le ven actuar se asustan
La izquierda podemita y sumarita vuelve a ser lo que siempre fue: neocomunismo. Son muy cobardes para hacer la revolución violenta que con gusto harían y ahora son telepredicadores demócratas.
Periódicamente, los españoles, siempre dispuestos a que les engañen, vuelven al comunismo, pero en cuanto los comunistas, bajo cualquiera de sus múltiples ropajes, entran en acción, Juan Español tiembla y le retira su apoyo. Desde la caída del muro, el comunismo, para ganar, tiene que engañar.
Alvise hace bien en ridiculizar a la partitocracia que tenemos, se lo merece... pero ofrece tan poco a cambio que no logro ni identificarle. Le vota el español cabreado, pero el voto cabreado no dura. Eso sí: parece que entrará en el Congreso
Alvise, el de SALF, hace bien en ridiculizar a la partitocracia que tenemos, se lo merece... pero ofrece tan poco a cambio que no logro ni identificarle. A Alvise le vota el español cabreado, pero el voto cabreado no dura. Eso sí: parece que entrará en el Congreso.
Un país apático, donde nada convence y todo cuela. Una España descristianizada donde hasta la indignación ha desaparecido.