- Francisco sabe perfectamente lo que ocurre en la Iglesia. Pero se está quedando solo.
- De entrada, criticar al Papa con carteles anónimos no es la corrección fraterna propia de un cristiano.
- Si el mensaje de Francisco resulta confuso es sólo porque intenta salvar lo salvable…
- En un momento crítico de la historia de la Iglesia.
- Pero lo importante es cuando la parte satánica de la Curia utiliza el ataque de los 'conservadores' para sus propios fines.
- ¿Objetivo? Lanzar el cisma y convertir a Francisco en mártir, cargárselo.
- El Papa debería estar repitiendo el viejo aforismo: "De mis amigos líbreme Dios, que con mis enemigos me basto yo".
Carteles
en Roma, publicidad pagada, con ataques al Papa Francisco, por escasamente misericordioso.
Ataque anónimo.
De entrada, esa no es la corrección fraterna propia de un cristiano y menos con el vicario de Pedro.
Utilicemos la nomenclatura del progresismo, que siempre resulta tan superficial como simplificadora. Y, en ocasiones,
necesitamos de la simpleza. Evidentemente el ataque viene de los conservadores porque consideran a Francisco un
Papa progresista. No lo es.
Es un Papa que intenta salvar lo poco salvable en un momento crítico de la Iglesia. Si no entendemos esto, me temo que no vamos a entender nada. Sí, las palabras de Francisco
pueden sonar a confusión porque el Papa tiene prisa. Ha comprendido los signos de los tiempos y sabe que debe fiarse tan poco de los amigos como de los enemigos. Sabe, en resumen, que
el peligro de cisma es evidente. De los progresistas,
que han degenerado en satanismo puro y duro, que
sirven directamente a la Bestia, y de los conservadores obtusos que no han querido comprender a Francisco, sobre todo porque obedecen más a su soberbia que a otra cosa.
Lo previsto es que los ataques de los tradicionalistas al Papa precipiten el martirio de
Francisco, primero secuestrándole en el Vaticano y secuestrando su Magisterio (esto último ya está sucediendo) y, en segundo lugar, lo más grave, cuando, en pleno cisma, el mariachi cleri-progre,
decida sustituir a Francisco por algo muchísimo peor: ellos mismos.
Por ahora tenemos a
Civiltà Cattolica, la centrífuga revista de los jesuitas, "ayudando al Papa" ante los ataques de los pérfidos tradicionalistas:
Francisco debería estar repitiendo el viejo aforismo: "De mis amigos líbreme Dios que con mis enemigos me basto yo". Sus 'amigos' actualmente son los progres. Él sabe que no lo son, naturalmente, pero
los soporta a todos para que la Iglesia no se rompa.
Pero lo que importa es esto: cuidado con atacar a Francisco. A lo mejor estamos haciéndole el trabajo al Enemigo.
Otro consejo:
cuidado con tomar por tonto a Francisco. De tonto no tiene un pelo pero cada vez eso es verdad, se está quedando más solo. Cuando nos pide que recemos por él no está diciendo, no sólo, una jaculatoria. Está resumiendo la realidad. Realidad urgente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com