Por su interés relativo a este tema, y al hilo de la apertura de los archivos del Vaticano, relativos al pontificado de Pío XII, publicamos el artículo de infobae sobre la figura de Pío XII, firmado por el periodista Pablo Caruso

La apertura de los archivos del Vaticano relativos al Pontificado de Pío XII, adelantada por el Papa Francisco a marzo de 2020, sirve al Pontífice para afirmar que espera una investigación "seria y objetiva", también "con la crítica adecuada", sobre la toma de decisiones atormentadas a las que tuvo que enfrentarse el Papa Pacelli.

La apertura de los archivos del Vaticano relativos al Pontificado de Pío XII, sirve al Papa Francisco para afimar que espera una investigación "seria y objetiva" sobre el Papa Pacelli

A este respecto el periodista Pablo Caruso publica en infobae un artículo sobre el libro del rabino David G. Dalin cuyo título es "El mito del Papa de Hitler". El ejemplar, "abrumadoramente documentado" afirma Caruso, desmiente con pruebas contundentes, la histórica (por vieja) mentira del antisemitismo del Papa Pío XII. Para que no queden dudas el libro lleva por subtítulo: "Como Pío XII salvó a los judíos de los nazis". El escarnio que se hizo de este Papa santo, de parte de muchos escritores y periodistas odiadores del cristianismo durante muchos años, merece ser catalogado como una de las más grandes mentiras de la historia o de las leyendas negras sobre la Iglesia.

El 21 de marzo de 1937, en las 11.500 parroquias del Reich se leyó por orden de Pío XII el documento papal llamado Mit brennender Sorge (Con ardiente Preocupación), que desenmascaraba el carácter anticristiano del régimen, incluyendo la intención de imponer la raza aria. Después de esto –según el historiador Zitelmann- "la furia de Hitler se desencadenó sin freno contra la Iglesia romana". Tanto fue así que el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels escribió en su diario: "Ahora los curas tendrán que aprender a conocer nuestra dureza, nuestro rigor y nuestra inflexibilidad". 

A pesar de todas sus acciones para proteger a los judíos, y por muchos años, incluso después de su muerte, el Papa Pío XII fue martirizado con ese estigma de antisemita.