Reunión de la ministra Ribera (en funciones) con una delegación de la central térmica de As Pontes y Endesa
Una vez más, toca referir la hipocresía que rodea a la transición ecológica que promueve el Gabinete Sánchez, y más concretamente, el Departamento que titula la ministra más verde, Teresa Ribera. Como bien saben, no quiere ni carbón ni energía nuclear, aunque lo hace sin olvidarse de dar algunas palmaditas a los afectados…. pese a que las renovables no bastan para garantizar el suministro de energía eléctrica.
Ribera parece ser buena alumna de la arrogancia que desprende su jefe, Pedro Sánchez, y pasa de los expertos que defienden que la nuclear y las renovables son complementarias para avanzar en la descarbonización, y por ende, en la lucha contra el calentamiento global. Y todo ello, pese a que el CIEMAT le recuerde que en Francia y Suecia, “el sistema energético se encuentra prácticamente descarbonizado gracias a la energía nuclear”. Sí, refiere Suecia, patria de la famosísima Greta Thunberg, la adolescente aficionada a las pellas climáticas por el planeta, a la que pocos se atreven a contradecir y que no es tan inocente como quiere hacernos creer.
Claro que la ministra Ribera, en su negativa al carbón y a la nuclear, no olvida la buena educación ni el paripé. Días después de que Endesa anunciara el cierre de las térmicas de As Pontes y de Litoral, cabreando a Moncloa, Ribera recibió a una delegación de agentes de la central coruñesa para escucharles y les ofreció colaboración. Esto resulta bastante hipócrita, pues es culpable de la situación, porque no le gusta nada el carbón y encima, la nuclear, que podría haber sido una sustituta perfecta, está limitada debido al cierre progresivo entre 2027 y 2035 acordado. Y ojo, todo esto sucede cuando ¡hasta la ONU! defiende la nuclear, considerándola una energía limpia y por tanto, verde.
¿Que por qué se cabreó Moncloa? No porque Endesa cierre sus térmicas de carbón sino porque lo anunció en plena campaña electoral. E Iván Redondo se enfadó con Teresa Ribera por no haber evitado el anuncio. Aquí lo que importa no es el cambio climático sino las elecciones del 10 de noviembre.