Lo explica Actuall: las relaciones entre Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI no son buenas. El presidente no le acompañará a Roma, al funeral con el Papa Francisco, pero eso pudiera ser porque Sánchez no soportara estar en segundo plano y allí habrá demasiada gente importante en cola.

Nunca han sido amigos, y Sánchez siempre ha mantenido cautivo al jefe del Estado, con la amenaza tácita de promover la III República, algo que oficialmente niega pero que en privado Sánchez no deja de recordar, e incluso por oponerse a él como primer presidente. 

Ahora bien, esas no buenas relaciones se convirtieron en pésimas cuando se hizo viral lo que la malvada de Isabel Díaz Ayuso llamó "el galgo de Paiporta". Ya saben, la cobardía y el rencor de Pedro Sánchez. Cobardía por cuanto se marchó corriendo mientras el Rey aguantaba el chaparrón de barro e insultos de una multitud lógicamente cabreada. Rencor, porque, días después, envió a agentes de élite de la Guardia Civil para detener a los pobres damnificados que en un momento de ofuscación se habían atrevido a golpear su coche con escobas.

Y claro, Su Majestad quedó como un valiente y el presidente como un cobarde. Y eso no se lo perdona. Para Sánchez, Felipe VI debió abandonar Paiporta como él, con el rabo entre las piernas. 

De este modo, la cobardía del presidente no se hubiera notado tanto.

Es verdad: el Rey y el presidente del Gobierno, andan cada día más alejados. A lo mejor es bueno.