Pedro Sánchez se autoproclama el líder mundial contra la “Internacional de la Ultraderecha” que dice representar el recién estrenado presidente norteamericano, Donald Trump, y de crear una alianza con China contra EE.UU. sin consensuar con la  UE. ¿Qué puede salir mal?

El desparpajo del gobierno Sánchez no conoce límites: primero se autoproclama la sssxprimera economía de la UE en términos del PIB para impresionar a la potencia más grande del mundo, luego “ser la envidia planetaria del sistema público de salud” según la ministra del ramo Mónica García, más tarde liderar la oposición mundial contra Donald Trump al que acusa de capitanear la “Internacional de la Ultraderecha”, o en aliarse en los BRICS con China contra EE.UU. en un frente común lejos del más elemental consenso en la UE.

La osadía de  Sánchez no le impide querer capitanear también la defensa internacional contra los bulos en plataformas tecnológicas cuando por un lado son “commodities” en el gobierno español, es decir, el pan nuestro de cada día para encubrir sus casos de corrupción, y por otro destrona al presidente de la primera tecnológica Telefónica para defenderse de las causas abiertas en la justicia contra su familia, el partido y el gobierno. 

Además Sánchez hace méritos ante el Tío Sam en la OTAN por nuestra tontuna antimilitarista de los socios comunistas en la coalición de investidura y en negarse a elevar nuestros gastos en Defensa al 5% del PIB. No contento con ello, Sánchez y su ejecutivo se permite el lujo de descalificar al asesor presidencial Elon Musk por ciertos comentarios (a diferencia de otros multimillonarios internacionales que financian la agenda 2030 woke), en pregonar el antisemitismo descarado contra Israel en favor de Hamas e Irán distanciándose así de sus socios atlantistas, en defender de forma aislada las dictaduras latinoamericanas (como la de Maduro en Venezuela sin reconocer la victoria del lider opositor Edmundo González), y lo que es más grave, en financiar presuntamente de forma ilegal la Internacional Socialista (IS) con dinero negro fruto de los pelotazos de corrupción del PSOE.

Por si fuera poco, Sánchez pregona un multilateralismo de pacotilla cuando rasga las costuras de la UE en asuntos como Oriente Medio, Rusia o las narcodictaduras, desencadena  innumerables crisis diplomáticas en tiempo récord con países como Marruecos, Argelia, Venezuela, Argentina, Israel,  México, Gibraltar y ahora  EE.UU. por boicotear a este último el paso de buques yankies cargados con armamento a Israel por aguas españolas por orden de Biden y por enemistarse con el recién elegido presidente norteamericano Trump al que tilda de ultraderechista. 

Sánchez confía además su política exterior a un ministro napoleónico de Asuntos Exteriores que tiene al Cuerpo Diplomático en contra por su estilo dictatorial mientras vende las maravillas del multilateralismo basado en el diálogo franco del “soft-power” (poder blando).

“España va como una moto, como un cohete” dice Sánchez y por eso presume ante el espejo de lo que no somos, aspirante al G-20, postulante de los BRICS  y de un PIB maquillado en Europa sin atender otros simples datos micro y macroeconómicos. Debemos ser la primera potencia que no puede permitirse costear la subvención al transporte público en España.

Hay que recordar por la misma razón que Níger, aunque contabiliza la tasa de crecimiento más elevada del PIB en Africa superior al 11% anual desde hace unos años, el país sufre una de las mayores tragedias económicas, sociales y humanitarias del planeta. A nadie se le ocurría sacar pecho en el parquet internacional del PIB nigeriano. Sánchez sí.

Y como tanto fanfarronea Sánchez por la economía, que se lo digan a los españoles parados en cifras récord, a los jóvenes, mujeres y no tan jóvenes de larga duración, a las familias imposibles de llegar a fin de mes, de acceder a viviendas dignas, sin emanciparse de casa o sufrir la pirámide vegetativa más negativa del viejo continente por falta de natalidad y el envejecimiento galopante de la población sin apenas sustento social si no fuera por las menguantes pensiones. De qué sirve subir las pensiones si también suben las retenciones en el IRPF. 

El dinero de la “rica España” imaginaria de Sánchez está para multitud de ONG´s sin cometidos pero con muchas nóminas (CNIO, Cruz Roja, Instituto de la mujer, Instituto de la Juventud, Open Arms, etc) , así como para financiar interesadas campañas en el exterior en dictaduras de países de dudosa legalidad democrática a costa de racanear e incluso negar las ayudas prometidas a los nacionales, como las víctimas de Valencia, La Palma o los enfermos de ELA. La última, la exigencia de ERC, el socio golpista de Sánchez, de que España financie las escuelas francesas para que enseñen catalán. Nuestro presidente seguramente volverá a ceder,  el Ministro de Exteriores tirará confeti y juntos abrirán un nuevo conflicto diplomático esta vez con Francia por ceder al enésimo chantaje del independentismo catalán esta vez fuera de los Pirineos para mantenerse aforado en el cargo acosado por tanta corrupción. 

Pese a tanto mérito, antes Biden y ahora Trump, EE.UU. no cuentan con Sánchez en sus mini-cumbres internacionales para tratar crisis globales con los aliados (guerra de Rusia en Ucrania, Oriente Medio, ola migratoria, crisis económicas, los desafíos de la IA, etc) excluyéndole de toda invitación formal e informal e incluso por videoconferencia, y no es por falta de inglés precisamente. 

Desgraciadamente tampoco podemos hacernos muchas ilusiones con el jefe de la oposición español Feijóo cuando el PP califica a Trump de ser «el macho alfa de una manada de gorilas» y el «enterrador de la democracia». 

Algo estaremos haciendo mal en España cuando el principal aliado de Occidente, EE.UU. nos da la espalda tanto sutil como descaradamente por tener un gobierno cada vez más déspota esposado por sus aliados comunistas, terroristas, golpistas y anti demócratas en su seno pero obsesionado de forma intencionada con Franco muerto hace 50 años para ocultar la acción de la justicia. ¿Se imaginan a Trump o Biden haciendo campaña popular contra el aniversario de la muerte de Hitler para ocultar posibles escándalos internos?

En honor a la verdad, España con Franco salió de la autarquía con EE.UU. pero este gobierno de Sánchez nos está devolviendo a la autarquía sin Franco a estas alturas de la democracia, a pesar del multilateralismo pregonado por su bedel principal que no hace más que la pelota a su amo, como el resto de los ministros de Su Majestad en Marruecos, mientras abren disputas multi-diplomáticas innecesarias. 

¿Puede la nueva administración Trump fiarse de un socio como España para confiarnos y compartir desafíos globales e incluso asuntos concernientes a la seguridad nacional de ambos países? Aparentemente no, porque la coalición de investidura aparte de ser cómplices de la corrupción y de suscribir pactos secretos jamás antes vividos en la historia de la democracia en Europa (por ejemplo ceder al chantaje independista por solo 7 votos) y de poner en peligro los intereses de  España, Sánchez ha optado por arrimarse a las posturas de ZP anti-occidentales de Rusia, China, Irán, Marruecos y Venezuela entre otros. 

Washington como otras capitales aliadas observan con estupor el indulto, la amnistía y la condonación de los malversadores más grandes de la historia moderna que decreta Sánchez, ni siquiera debate, a través del BOE. Y de cómo la corrupción multilateral cada vez rodea más al presidente que dice haber ganado unas elecciones como Maduro en Venezuela. Que gobierne con apoyos no significa que haya sido gracias al partido más votado. 

Los decretos ómnibus donde para defender un tema puntual aglutina otra retahíla de propuestas de amplio rechazo social son tan frecuentes que Occidente, no Rusia, ni China, se maravilla de nuestra plenitud de calidad democrática. Y cuando Sánchez se ve acorralado, agita a los ministros, al partido, a los medios subvencionados  y a los sindicatos para arremeter contra el buen gobierno corporativo de las empresas o convocar protestas callejeras contra la oposición que no gobierna. Si prospera la propuesta de los socios de Podemos presentada a Sánchez de enajenar el 50% de los dividendos a las empresas del Ibex, ¿alguien cree que Trump favorecerá así las inversiones de empresas norteamericanas en España sin poner en peligro nuestros intereses comerciales en EE.UU.?

La Internacional Socialista (IS) debe estar muy orgullosa del mandato de su presidente Sánchez -incapaz de salir a la calle sin abucheos - por violar supuestamente algunos de sus principios, valores y carta ética en defensa del pluralismo, la imparcialidad de la justicia, el control de los medios y redes sociales, el autoritarismo y la falta de transparencia. Hay procesados como Aldama que denuncian la presunta financiación ilegal tanto del PSOE como de la IS a través de Zapatero y Venezuela, así como la tenencia de cuentas bancarias millonarias en Rusia y en la República Dominicana a nombre de ministros y esposas de dirigentes socialistas que ya investiga el Tribunal Supremo. Trump mostrará el rostro emocionado por todo ello cuando salude fugazmente a nuestro nuevo caudillo. 

Washington debe estar constatando que de todos sus aliados occidentales, España ha rebasado todas la barreras éticas por sus conductas moralistas inmorales.  La tolerancia histórica de EE.UU. con el régimen de Franco era el precio a pagar contra la avenida en aquellos años del comunismo en el sur de Europa. Pero la tolerancia de Trump con Sánchez tiene un límite que presumidamente  promete mano dura a base de latigazos a la primera potencia europea circense. 

Está por ver el trato desde La Moncloa al nuevo embajador de EEUU. en España designado por Trump, el empresario millonario anticastrista Benjamín León. La nueva administración norteamericana va  a poner su foco de atención en las dictaduras latinoamericanas y el comunismo que tanto defiende Sánchez.  

La experiencia nos demuestra que este ejecutivo nunca se ha llevado bien con millonarios ni dentro ni fuera del país. Será por eso que los corruptos del PSOE aprovechan el control de los poderes y contrapoderes para hacer fortuna a espaldas de la ley y a costa de la clase obrera.    

Con tantas alianzas de Sánchez con dictaduras del eje del mal y políticas intervencionistas sólo le falta aclamar: “Viva el comunismo, carajo”.

 

@IgnacioSLeon