El gobierno nos toma por idiotas. La trilera Marisu trata de convencernos de que, con un cambio de apunte contable, la deuda se evapora. 

Los beneficiados no son los ciudadanos como pregona el Gobierno, sino algunos dirigente autonómicos, sobre todo los catalanes. A los ciudadanos, catalanes o del resto de España, ni les va ni les viene, ni les ayuda ni les desayuda. 

Y sí, encima, los 83.000 millones que Marisu y los caraduras de Óscar López y Pilar Alegría presumen de haber condonado suponen promocionar a los presidentes autonómicos más derrochones -como los indepes catalanes- y castigar a los mejores gestores: los que han reducido el gasto.

En resumen, no se reduce la deuda autonómica, simplemente la pagaremos entre todos los españoles. Ahora le llamamos mutualizar la deuda; antes, más sinceros, hablábamos de socialización de perdidas, ya fuera deuda de una empresa privada o de un Gobierno autónomo... precisamente lo que antes denunciaba la izquierda y ahora hace el progresismo de izquierdas.

Lo que hay que hacer es reducir todo tipo de deuda pública: la estatal y la autonómica ,porque con esos 83.000 millones de los que presume Marisu, como si la deuda la asumiera a ella, lo que está haciendo el Sanchismo no es liberar a nadie de la hipoteca, como, con una ignorancia de tono alto, asegura el ministro Óscar López, sino endeudar e hipotecar a las futuras generaciones. 

Como siempre.