Según los medios españoles, Pedro Castillo ha pasado, en 24 horas, de presidente electo de Perú" a "dictador peruano". Es como si los grandes medios, no así los pequeños, ante cualquier novedad sólo se preguntaran lo del editorialista del ABC cuando le pidieron que escribiera un editorial sobre la Inmaculada Concepción: ¿A favor o en contra?

Y recuerden que hace un soplo, para esa misma opinión publicada española, la de la madre patria, a la que se supone bien informada, don Pedro Castillo era el humilde maestro que iba a liberar a los peruanos de la aviesa populista Keiko Fujimori.

Eso sí, un vez que se responden según las reglas de lo políticamente correcto, esos mismos medios de plastilina se lanzan presurosos en socorro del vencedor.

El dúo Cerrón-Castillo guarda mucha similitud con el formado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ambas diarquías son populismos que tildan de populista a la derecha cristiana

Hombre, mal está que un Gobierno disuelva un parlamento (salvo convocatoria de elecciones reglada y otorgada al presidente del Gobierno) pero tampoco es para reír que el legislativo detenga al presidente de la nación. ¿Quién es el golpista, el uno o los otros? A ver si van a ser los dos.

Pero es que hay más. Castillo llegó al poder como una pobre marioneta del ideólogo del grupo vencedor, Perú Libre, el inquietante comunista Vladimir Cerrón. Es curioso, porque el dúo Cerrón-Castillo guarda mucha similitud con el formado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y que han marcado, en Perú y en España, toda la legislatura a pesar de que en el primer caso han caído ambos y en el segundo uno de ellos. Ambas diarquías son populismos que califican de populistas a sus adversarios políticos, especialmente a la derecha cristiana.

SÁNCHEZ Y CASTILLO

Es la alianza entre un socialismo de rostro humano pasado por Botox y el neocomunismo (leninismo 3.0, que diría Felipe González). El viejo marxismo se ha dado cuenta de que no puede acceder el poder por los viejos métodos, al menos desde la caída del Muro.  

Dicho esto, ¿seguro que estamos contando correctamente lo que ha ocurrido en Perú?

Pero España es distinta a Perú, aquí no podría ocurrir eso, la detención de un presidente de gobierno por parte del Congreso o un autogolpe de un presidente para perpetuarse en el poder. Pues, mire usted, lo primero no: lo segundo ya está ocurriendo. Son dos variantes del populismo: el castillista y el sanchista.

Sí, Pedro Sánchez ha conseguido imponer un pensamiento único, verdaderamente majadero, donde el homicidio se convierte en derecho, la crítica en insulto punible, la sensatez en delito (de odio) y la subvención en beneficio. A su lado, Pedro Castillo es un hombre sensato. Y a partir de ahí, todo totalitarismo es posible. También el que se disfraza de democracia.