Es un restaurante, carísimo, en Italia. Afortunadamente no es para niños, sólo para adultos anestesiados. Se anuncia así por las noches, cuando monta un espectáculo hortera de calaveras ‘jalogüín', un verdadero Hallopeste. Las puertas del local están decoradas con originalísimas calaveras.

Lógico: el que no tiene un sentido para su vida acaba por rendir culto a la muerte, a jalogüín.