Pedro Sánchez clausuró el jueves la Asamblea General de CEPES (Confederación Empresarial Española de la Economía Social) en su línea (VER DOCUMENTO ADJUNTO): la mejor defensa es un buen ataque. A ser posible un cúmulo de falsedades pero con una condición: exagerarlas 'ad libitum' y 'ad nauseam'.

Así, don Pedro no tuvo ningún reparo en llamar a España "la locomotora de Europa", gracias a su política económica, naturalmente. Una afirmación que provoca sonrojo y bochorno ante una España desindustrializada que vive de la limosna pública, alimentada por la deuda pública.

Al tiempo, don Pedro insiste en la peor de todas sus mentiras: somos líderes en la creación de puestos de trabajo. Es mentira, claro, somos líderes en firma de contratos, entre otras cosas porque con las trampas de doña Yolanda Díaz se firman muchos contratos pero no hay mucho trabajo.

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La prueba del algodón consiste en que a pesar de cerrar más contratos que nadie somos el país con más paro de toda Europa y con más paro de toda la OCDE: ¡hay que tener mucha cara para decir que somos la locomotora de Europa”. Además, el presidente recupera la máxima de los marines: nadie queda atrás. Cierto: somos el pelotón de cola y nadie puede estar detrás de nosotros.

Lo mismo da: impasible el ademán. Somos la locomotora de Europa. O así, que dijo un vasco.