La ministra de pensiones, otro desastre del gobierno Sánchez, doña Elma Saiz, atribulada por lo mismo que todos sus predecesores -las pensiones no hay manera de pagarlas sin endeudar aún más a los españoles- no se atreve, como buena demagoga, a plantear un retraso brusco, en la edad de jubilación que es lo único que podría salvarnos a corto plazo. 

Tampoco se atreve a plantear un salario maternal digno, que sería nuestra salvación a largo plazo porque el principal problema económico de España es que no tenemos hijos. En este caso, se lo impiden sus prejuicios ideológicos: ya se sabe que para una buena progresista las mujeres que tienen muchos hijos, pongamos más de dos, son idiotas incapaces de triunfar en el mundo laboral. El salario maternal, un salario para toda mujer que tenga un hijo... es lo único que puede salvarnos de la ruina, a medio plazo.

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Pues bien, Elma Saiz y todo el mariachi progresista, nos venden ahora la jubilación activa, es decir, jubilarte a medias. Esto supone pagar menos pensión y mantener medioactivo al pasivo. No digo que esté mal, pero no deja de ser un retraso artificial de la edad de jubilación, por la vía de atrás. Oiga, ¿no sería más lógico ir por la directa y retrasar la edad de jubilación hasta los 70 años y hasta los 75 para profesiones intelectuales?