Que los fiscales instruyan el procedimiento, en lugar de los jueces, o al menos que cobren protagonismo es este apartado no tiene por qué ser peligroso en circunstancias normales. El problema es que, en España las circunstancias no son normales. En España, ya con Margarita Delgado, pero aún más con Álvaro García Ortiz, la cúpula fiscal trabaja con entusiasmo para el Gobierno.  

Ahora, imagínense qué habría pasado si el caso de Begoña Gómez lo instruyera el fiscal. El mismo fiscal que ha puesto palos en las rueda para que Begoña Gómez no pase de la instrucción y, a ser posible, ni haya instrucción. El mismo fiscal que aprece que actua más como abogado defensor de la esposa del presidente que, como fiscal encargado de perseguir el delito.

Pues eso: mejor que los jueces sigan instruyendo los sumarios.