El juez del presunto Israel genocida, Nawaf Salam, nuevo presidente del Líbano: ¿eso es una buena noticia?
El ministro de asuntos exteriores del Gobierno de España, el nunca bien loado José Manuel Albares, ha aplaudido el nombramiento de Nawaf Salam como nuevo presdiente del Líbano. Esto ya deberíamos darnos pistas de que no es la persona adecuada para liderar la que fuera la Suiza de Oriente Próximo (próximo para Europa, medio para Estados Unidos, pero yo soy europeo).
Salam es el juez del Corte Internacional, del venenoso tribunal internacional de La Haya, tan venenoso como el Derecho internacional, o derecho woke, que juzgó a Israel por genocidio. Sí a ese Israel que se está vengando, sí, sin piedad… pero de un atentado terrorista que acabo con la vida de 1.200 civiles israelíes, incluyendo bebés, en un baño musulmán de sangre y odio, que violó a judías, que torturó y que tomó a 200 judíos como rehenes y que, a pesar de la dureza de la respuesta israelí… mantiene secuestrados a los rehenes que han logrado sobrevivir.
Hablamos del juez político del presunto Israel genocida, ahora nuevo presidente no electo, sino elegido a dedo, del Líbano: ¿esto es una buena noticia?
Este peligroso miembro de las degeneradas Naciones Unidas Unidas del siglo XXI y de ese engendro llamado derecho internacional (pronuncie su nombre con unción progresista, please) presidirá ahora el que fuera el país cristiano de la zona, hoy controlado por fanáticos islámicos de Hezbolá y por el nuevo fanatismo cristófobo sirio-mahometano, teledirigido desde Ankara por Erdogan. Pero Albares está muy contento.
A lo pero es que nos hemos vuelto todos tontos y con tragaderas inconmensurables.