Será un delincuente y lo hará por venganza pero la verdad puede salir -dice el antiguo y muy machista dicho- del empleado despedido y la mujer despechada... o del delincuente vengativo.

Koldo ha ido al Tribunal Supremo para declarar que José Luis Ábalos es un buen tipo. Sí, reconoce que Victor de Aldama tenían una relación habitual, tirando a intensa, con el exministro pero aunque uno ya ha pasado por la cárcel, el otro es un santo. 

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Y todo esto no hace sino demostrar que nadie es tan siento como para declararse culpable -bueno, muy pocos y a cambio de beneficios- demostrar el pacto no escrito entre Sánchez y Ábalos.

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Aldama no tiene pruebas, asegura Koldo. Pues bien, a pesar de todo, Víctor de Aldama es creíble, el PSOE no... y no todo lo que es verdad es demostrable, como suele ocurrir con la corrupción.

Luego está el bulo de los cazadores de bulos. Como cuando el ministro Óscar Puente aseguró que de los casos de mordidas por contratos de obra pública sólo uno pertenecía a la fechas en que José Luis Ábalos era ministro. Pero resulta que la acusación se refería a los rectificados de esos contratos... que sí correspondían al periodo de mandato de José Luis Ábalos como ministro. En definitiva, el que mentía no era Aldama sino Puente. 

Y mucho me temo que la técnica socialista proseguirá: como no puede ser demostrado es falso. Pues no, no todo lo que es verdad es  demostrable mucho menos con el nivel de demostración, y esto es lógico, que exige un tribunal. Esto es lógico porque nadie es culpable mientras no se demuestre lo contrario, pero eso no significa que sea inocente. El juicio humano siempre es falible, aunque se realice con preparación y buena intención.