François Athanase de Charette de La Contrie
Nantes (Francia) y 29 de marzo de 1796. Le llevan malherido ante el pelotón de fusilamiento. Por defender su religión y su patria se ha levantado en armas contra los tiranos, que se han apropiado para su provecho de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, excluyendo a los que no se les someten y persiguiendo a muerte a los católicos. François Athanase Charette (1763-1796) es uno de los principales generales del ejército de la Vendée. Como última voluntad pide dar la orden de fuego y poniendo la mano sobre su corazón exclama: “Apuntad bien, es aquí donde hay que tirar a un valiente. ¡Viva la Religión! ¡Viva el Rey!
Si este militar hasta el estallido de la Guerra de la Vendée en 1793 era un desconocido, sus acciones de guerra durante el levantamiento de la Vendée le hicieron famoso en toda Europa. El general Aleksánder Vasílievich Suvórov (1729-1942) es sin duda el más importante del escalafón ruso de todos los tiempos, hasta el punto de que en 1942 el Presidium del Sóviet Supremo de la Unión Soviética estableció la Orden de Suvórov, para premiar las acciones ofensivas exitosas contra fuerzas enemigas superiores. Pues bien, Suvórov le escribió una carta a Charette el 1 de octubre de 1795, en la que se podía leer:
“¡Héroe de la Vendée! ¡Ilustre defensor de la fe de tus padres y del trono de tus reyes, salud! ¡Bravo Charette! Honor de los caballeros franceses, el universo está lleno de tu nombre. Europa atónita te contempla y yo te admiro y te felicito. Dios te ha elegido, como en otra oportunidad a David para castigar al filisteo. Adoro sus designios. Vuela, ataca, golpea y la victoria seguirá tus pasos. Tales son los deseos de un soldado que, limpio en el campo del honor, constantemente vio, al obtener la victoria, coronar la confianza que él había colocado en el Dios de los ejércitos. ¡Gloria a Él, porque Él es la fuente de toda la gloria, gloria a ti porque Él lo quiere!”.
Si este militar hasta el estallido de la Guerra de la Vendée en 1793 era un desconocido, sus acciones de guerra durante el levantamiento de la Vendée le hicieron famoso en toda Europa
El viernes pasado se conmemoró el 226 aniversario de la muerte de Charette y apenas nadie se ha acordado de él, porque la Guerra de la Vendée, la gran acusación moral contra las atrocidades de la Revolución Francesa, no se explica en nuestras aulas. Es más, estoy por asegurar que buena parte de los profesores de mi generación hasta la desconocen, porque fuimos troquelados ideológicamente por esa basura histórica titulada Précis d’histoire de la Revolution Française, que escribió Albert Soboul en 1962 y que tradujo pésimamente Tierno Galván, que ha pasado a la historia con todos los perejiles de ser “el Viejo Profesor” con la aquiescencia de la derecha política.
Son muchos los colegios, institutos y centros de enseñanza que llevan el nombre de Tierno Galván, y eso en esta Comunidad de Madrid donde manda el sector "bueno" del PP y VOX, porque a estos dos partidos de la derecha la cultura les importa un bledo, como acaba de demostrar VOX al entregar la Consejería de Cultura de Castilla León a un antiguo militante del Partido Comunista que apoyó a Herri Batasuna, porque dicen que es un converso, ya que escribe libros sobre la fiesta nacional... Y es que donde no hay mata, no hay patata.
El libro de Soboul, traducido por Tierno Galván, era el catecismo del marxismo leninismo de mis tiempos de juventud, que me lo hicieron aprender de memoria en la Facultad, porque en los últimos años de vida de Franco, en la Universidad española a los marxistas ya se les ponía alfombra roja y se les rendían honores.
El levantamiento de la Vendée puso en pie de guerra durante siete años al noroeste de Francia, su grito de guerra fue el de ¡Viva el Rey y los curas buenos!
Pero entre las poquísimas personas que hicieron frente a los marxistas ideológicamente, mostrando lo que en realidad eran, se encontraba la profesora de Historia Contemporánea Cristina Diz-Lois. En un memorable estudio sobre las traducciones en España de los libros extranjeros de la Revolución Francesa, escribió lo siguiente, refiriéndose a la traducción que del libro de Soboul hizo Tierno Galván:
“Más sorprendente son los innumerables errores de traducción que con mucha frecuencia cambian completamente el sentido de las frases, y se podrían prestar a una dura crítica, al margen ya de los contenidos ideológicos. Algunos de estos errores son extraordinarios como el que aparece en la página 38, en que se aclara a pie de página, como nota del traductor, el concepto richérisme, en francés en el texto, con el que Soboul pretende calificar la tendencia de algunos eclesiásticos franceses, influidos por la doctrina de Edmond Richter, galicanista del siglo XVII, y que el traductor español interpreta como “doctrina del predominio de la riqueza”. O la traducción de lit de justice, es decir, sesión solemne del Parlamento presidida por el monarca por “litigios judiciales” (página 67). O la traducción de nouvellistes, esto es difusores de noticias, por “novelistas”, con lo que resulta en el texto que los brisontinos eran abogados, profesores y novelistas, en lugar de periodistas (página 176). O la traducción de foncièrement (profundamente, a fondo) por “territorialmente” (como un derivado de foncier, bienes raíces o territorios) con lo que resulta “este programa social se oponía territorialmente a la burguesía que dirigía la revolución”, en lugar de afirmar que es una oposición profunda, a fondo”.
A los jovenes españoles nos dieron "esa basura histórica titulada Précis d’histoire de la Revolución Française, que escribió Albert Soboul en 1962 y que tradujo pésimamente Tierno Galván". En Soboul, la Vendée no existe
Y con estos materiales se formaron varias promociones, que cuando salieron de la Universidad se pusieron a enseñar a nuestros bachilleres y como lo de estudiar, además de llevar su tiempo, cuesta esfuerzo, se han limitado a vomitar en los colegios y en los institutos los apuntes que les habían dictado los admiradores de Soboul y discípulos del Viejo Profesor. Y de este modo, hasta en más de un colegio con ideario católico el profesor de Historia les inyecta marxismo en vena a sus alumnos. Y es tal la ignorancia de esos docentes y la indolencia de los directivos de esos centros que ni siquiera son conscientes de lo que están haciendo.
Y claro está, en esa versión de la Revolución Francesa la Guerra de la Vendée no existe, lo que demuestra que la ley de Memoria democrática de Pedro Sánchez, ya tiene precedentes en los últimos años del franquismo.
El levantamiento de la Vendée tuvo lugar entre los días del 2 al 5 de marzo de 1793, y puso en pie de guerra durante siete años al noroeste de Francia, una guerra en la que se implicaron cuatro departamentos: Loire inferior, Maine-et-Loire, Deus Sèvres y Vendée. Su grito de guerra fue el de ¡Viva el Rey y los curas buenos! Y cantaban la Marsellesa, pero cambiándola de letra, para decir la verdad de lo que estaba pasando: "¡Vamos, ejércitos católicos, / el día de la gloria ha llegado. / Contra nosotros de la República / se ha alzado la bandera sangrienta (bis)/”.
General Westermann : “Ya no existe la Vendée. Siguiendo las órdenes que me habéis dado, aplasté a los niños bajo los cascos de los caballos, exterminé a las mujeres y ya, por lo menos, estas no parirán más bandidos. No tengo ningún prisionero que reprocharme. Todo lo he exterminado”
No les faltaba razón en lo que cantaban. Es más, se quedaron cortos. Los mismos revolucionarios han dejado por escrito pruebas de los crímenes que cometieron. Así informaba el general Westermann al Gobierno de París, al Comité de Salvación Pública: “Ya no existe la Vendée, ciudadanos republicanos. Ha muerto bajo nuestros sables con sus mujeres y niños. Acabo de enterrarla en las marismas y en los bosques de Savenay. Siguiendo las órdenes que me habéis dado, aplasté a los niños bajo los cascos de los caballos, exterminé a las mujeres y ya, por lo menos, estas no parirán más bandidos. No tengo ningún prisionero que reprocharme. Todo lo he exterminado”.
Apenas se ha publicado algo en España sobre la Guerra de la Vendée. Para paliar esta sequía histórica, yo mismo, como director de la editorial San Román, animé al profesor Alberto Bárcena a escribir un libro de divulgación sobre la Guerra de la Vendée. Y lo ha escrito tan bien y con tanta claridad, que así si a usted no se la explicaron en el colegio o quiere conocer lo que pasó, con la lectura de este libro se va enterar de todo. El informe del general Westermann que acabo de reproducir en el párrafo anterior, lo he copiado del libro de Alberto Bárcena.
Javier Paredes
Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá.