El socialista Ángel Víctor Torres, en el triple salto mortal sin red se ha dado una costalada de mucho cuidado y se nos ha manifestado como ministro de la “memoria desmemoriada”, que es algo así como pedir en un bar un bocadillo de jamón, pero sin jamón. Contradicción que en el caso del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática tiene muy poca gracia y muy mala leche, que es lo que les sale a los socialistas cuando tocan asuntos de la Iglesia, dado el sectarismo antirreligioso que les caracteriza.
Resulta que el Gobierno de Pedro Sánchez y el cardenal de Madrid, José Cobo, han estado cambiando cromos, por llamar benignamente lo que algunos han calificado con diversas palabras como maquinación, conciliábulo, tejemaneje, intriga, chanchullo, trapicheo y hasta tenida. Lo del Secretario de Estado, el cardenal Parolin, son palabras mayores y por lo tanto delitos más graves, así es que vamos dejar al personaje para mejor ocasión.
El ministro de la Memoria Democrática ha declarado que todo ha concluido felizmente y que está muy contento del acuerdo entre el Ejecutivo con la Santa Sede “para resignificar el Valle de Cuelgamuros y que haya culminado con la salida de personas reminiscentes del franquismo como el prior y algunos monjes más y que eso es una buena noticia para la democracia”.
El caso del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática tiene muy poca gracia y muy mala leche, que es lo que les sale a los socialistas cuando tocan asuntos de la Iglesia, dado el sectarismo antirreligioso que les caracteriza
El problema de Santiago Cantera y algunos monjes, según el Gobierno, es que son “reminiscentes”, que según el diccionario de la Real Academia quiere decir que “evocan o recuerdan a alguien o algo anterior en el tiempo”. Y el delito del reminiscente Santiago Cantera consiste en que cuando está en la Basílica, para rezar por todos los que allí están enterrados de los dos bandos, recuerda que allí están los restos mortales de españoles de una guerra civil, durante la cual se produjo la mayor persecución religiosa de la Iglesia Católica de todos los tiempos, que llevaron a cabo los socialistas, los comunistas y los anarquistas, alentados por los masones, persecución que cesó con la victoria de Franco en esa guerra civil. Y que de todos ellos 70 ya han sido declarados beatos por lo Iglesia y otros 49 se les reconoce como siervos; y esto es mucho, pero que mucho, mucho…, como para no ser reminiscente y borrarlo de la memoria, como pretende el ministro Ángel Víctor Torres.
Y como estas reminiscencias le parecen intolerables al Gobierno, ha llegado a un acuerdo con el cardenal José Cobo para expulsar del Valle de los Caídos a Santiago Cantera a no sé sabe qué sitio, porque no nos lo han dicho. Yo conocí a Santiago Cantera como profesor universitario, antes de que ingresara como monje en la comunidad benedictina. Era entonces y lo sigue siendo un intelectual de una pieza y lo ha demostrado con sus numerosas publicaciones. No hay ni un ministro en el Gobierno de Pedro Sánchez, el de la famosa tesis doctoral, que le llegue a la altura de los zapatos.
Allí están los restos mortales de españoles de una guerra civil, durante la cual se produjo la mayor persecución religiosa de la Iglesia Católica de todos los tiempos, que llevaron a cabo los socialistas, los comunistas y los anarquistas, alentados por los masones
Y ya que nos hemos adentrado en los claustros académicos, en cuanto a José Cobo, y dejando a Dios el juicio de su conciencia y limitándome a su talla intelectual, diré que no hay comparación posible entre él y Santiago Cantera. A mí, Cobo me recuerda a un PNN(profesor no numerario) de mis años de estudiante, perteneciente a la especie del PNN eterno, ya que ese individuo que había entrado en un departamento por enchufe del catedrático, nunca fue capaz de ganar una oposición que le convirtiera en profesor numerario. Y no me invento nada, en las oposiciones a profesores adjuntos de Universidad que yo gané, se presentó dicho PNN que me había dado clase en segundo de carrera, y que si quieres arroz Catalina, permaneció en la condición de “penenato eterno”.
También ha dicho el ministro Víctor Torres que el ostracismo de Santiago Cantera es una buena noticia para la democracia, pero para la democracia en la concepción restrictiva que de ella tienen los ministros de este Gobierno, porque para ellos los únicos demócratas que hay son los socialistas y los socios que los mantiene en el poder. Y en este momento en el que se ven acorralados por tantas acusaciones de corrupción, desviar la atención con la persecución de unos monjes “reminiscentes del franquismo”, pues como dice el dicho popular: todo es bueno para el convento.
Pero lo que para mí es un gran misterio es el beneficio que todo esto tiene para la Iglesia y para el cardenal de Madrid. Porque después de este cambio de cromos, José Cobo ya ha culminado su carrera eclesiástica; eso es lo que tiene ser un fórmula 1 en la carrera eclesiástica como José Cobo, que ha corrido a tanta velocidad que ya ha llegado al final antes de tiempo. Pero no hay cuidado, con la transparencia que le caracteriza, seguro que el cardenal José Cobo nos desvelará el gran misterio del beneficio que todo esto tiene para la Iglesia y, seguro que en los próximos días va a la COPE o a Trece TV y nos lo cuenta, será por medios…
En este momento en el que se ven acorralados por tantas acusaciones de corrupción, desviar la atención con la persecución de unos monjes “reminiscentes del franquismo”, pues como dice el dicho popular: todo es bueno para el convento
Sin duda que este episodio es la continuación de lo que comenzó en 2019, cuando sacaron a Franco de su tumba, con el silencio de todos los obispos. Y yo mismo tuve la prueba de que ese silencio no era neutral. El 18 de octubre de 2019 me invitaron a dar la conferencia inaugural de las jornadas martiriales que se celebraron en la Basílica de la Milagrosa de Madrid. Se me encargó hablar de la persecución religiosa en España durante los siglos XIX y XX. Y en un momento de mi intervención dije lo siguiente:
“En la Guerra Civil española se produjo la mayor persecución religiosa de todos los tiempos. De manera que hemos visto que en todas las fases de la Historia Contemporánea de España se producen persecuciones religiosas… Bueno en todas no, seamos precisos. Porque gracias a que Franco gana la Guerra Civil, la Iglesia no fue exterminada. Y después de ganar la Guerra, Franco encomienda la dirección moral de la sociedad española a la Iglesia perseguida por los republicanos: permitiendo su entrada en los hospitales, en los colegios públicos, en los cuarteles, en las Universidades, dando entrada a los obispos como procuradores en Cortes, etc. Y por eso, en este preciso momento, y por mi condición de universitario que busco y defiendo la verdad, y por un deber de conciencia como cristiano, tengo que levantar mi voz contra la profanación de la Basílica Pontificia del Valle de los Caídos y la inminente profanación de la tumba de Franco”.
Y en ese momento toda la concurrencia rompió en aplausos, menos una persona que me miraba con cara de pocos amigos, era el obispo Juan Antonio Martínez Camino. Cuya actitud me animó a decir lo siguiente:
“Como cristiano, tengo que declarar, con el dolor de mi alma, la soledad en la que nos ha dejado la jerarquía eclesiástica española”. ¡Ni un solo obispo! ¡Ni uno solo! Con el daño que eso hace. Solo le pido a Dios que el juicio que tengan, sea más benévolo que el juicio que van a tener con ellos los historiadores”.
Gracias a que Franco ganó la Guerra Civil, la Iglesia no fue exterminada
Y en cuanto acabé de hablar, en el turno de preguntas Martínez Camino cogió el micrófono y se organizó la marimorena, como lo contó un artículo de Hispanidad. En dicho artículo hay un enlace al video de la organización de las jornadas martiriales, que en beneficio de Martínez Camino lo han borrado, porque lo que allí ocurrió fue muy lamentable.
Como hemos dicho, lo que comenzó con la exhumación del cadáver de Franco solo es el comienzo de una triste historia que ha seguido con lo sucedido con Santiago Cantera y que continuará sin duda hasta convertir la básilica en una sala de propaganda de las bondades del PSOE. Y ante todo esto han callado todos los obispos, todos sin excepción, incluidos esos que algunos dicen que son de los buenos, uno de los cuales se atrevió hace unos días a arremeter contra Trump. Son unos valientes: contra Trump, sí; contra Pedro Sánchez, no.
Pero el silencio en España, se ha roto nada menos que en el Parlamento de Rumanía. Les copio la traducción de la carta que Mihail Neamtu, Presidente del Comité de Cultura de la Cámara de Diputados del Parlamento Rumano, le ha dirigido a José Antonio Hernández Pérez-Solorzano, embajador de España en Rumanía:

25 de marzo de 2025
Bucarest, Fiesta de la Anunciación
Su Excelencia, Sr. José Antonio Hernández Pérez-Solorzano,
Recientemente nos hemos enterado de que Santiago Cantera, Prior de la Abadía de la Santa Cruz en el Valle de los Caídos, ha sido relevado de sus deberes por el Abad de Solesmes, Geoffroy Kemlin, al vencimiento de su mandato. Durante el nombramiento de Alfredo Maroto como sucesor que sigue la Regla de San Benito, el contexto lo deja claro: esto es parte de una campaña más amplia de desacralización, coincidiendo con la "redefinición" ideológica del gobierno español del Valle, ahora rebautizado como Cuelgamuros, bajo la Ley de la Memoria Democrática.
No nos engañemos. Esto no es limpieza administrativa. Es un acto político, parte de una revolución cultural diseñada para borrar la memoria cristiana de Europa. Los monjes benedictinos, hombres de paz y oración, ahora se enfrentan a la presión para abandonar la Abadía por completo a finales de 2025.
Este es un lugar de profundo significado personal. El Valle es un espacio sagrado, consagrado a la reconciliación y al recuerdo. Desplazar a los monjes no es solo interrumpir una tradición de adoración.
Como Presidente de la Comisión de Cultura del Parlamento Rumano, insto a la Santa Sede y a todas las personas de buena voluntad a resistir esta descristianización del espacio público, finamente calificada como progreso. La basílica no debe ser desacralizada. Los monjes no deben ser expulsados. Y Europa no debe olvidar quién es ella.
Fielmente,
Dr. Mihail Neamtu
Presidente, Comité de Cultura
Cámara de Diputados
Parlamento Rumano
Javier Paredes
Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá