Lavapiés se convertía recientemente en un polvorín cuando siete policías resultaba heridos, dos de ellos hospitalizados, al intentar detener a un vendedor de droga camerunés. Lo más llamativo es que nuestro delincuente, al ser detenido, clamó al pueblo a defenderle de los pérfidos policías, sabedor de que su llamamiento encontraría cómplices: en efecto, de inmediato, una treintena de miembros del 'pueblo' rodearon a la policía en defensa del narcotraficante y la emprendieron a insultos y golpes contra ellos. Es el ambiente que reina en el barrio más popular de Madrid, la barriada simpática de los antiguos Manolos y Chulapas, hoy sede de la inmigración mas encanallada y violenta, desde luego poco integrada, una ciudad abierta... a la delincuencia.

Y en ese escenario se alza la voz de Serigne Mbaye, exdiputado podemita de origen senegalés, que alenta los conflictos raciales en Madrid, afirmando que "se va a declarar una guerra en Lavapiés" si la Policía sigue patrullando el barrio.

Cada dia más, en el céntrica barriada madrileña, origen de la capital, impera la ley de la selva.