Alberto Garzón nos sigue sorprendiendo con una 'garzonada' tras otra
Las macrogranjas no son malas porque contaminen. Toda actividad agrícola contamina y, al tiempo, fertiliza la naturaleza, al menos en la civilización cristiana. Ejemplo, cuando el Imperio romano, cristianizado en tres siglos, controlaba el norte de África, aquella región era trigo, vid y olivo, el granero del imperio. Cuando llegaron los árabes el desierto avanzó hasta el Mediterráneo.
En tal caso, las macrogranjas -y siempre que logremos ponernos de acuerdo sobre qué es exactamente una macrogranja- son malas porque son grandes y buenas porque ofrecen carne barata a las personas.
Las macrogranjas de pollos han matado mucho hambre. Antes, el pollo era comida de domingo, ahora es la proteína más barata para los vulnerables, antes conocidos como desvalidos. Y lo del pollo sí que son macrogranjas donde los pobres animalitos llevan una vida de perros, ¡Pues que se fastidien! A mí no me importan los seres sintientes sino los seres conscientes, es decir, la raza humana.
Antes el pollo era una comida de lujo. Con las granjas intensivas de pollos, millones de personas han matado el hambre
El cinco de enero, los perros, gatos y supongo que ratas domesticadas se convirtieron en 'sintientes', por ley socio-podemita. Lo cual significa que como no te comportes como un caballero con el chucho pueden acabar en prisión.
El problema es que al firmante, a servidor, le importan menos los seres sintientes que los conscientes. O sea, que lo que me importa es el hombre. Al parecer, discrepo de Alberto Garzón.
Ojo, hay algo en lo que hasta el ministro de Consumo tiene razón: ¡Viva lo pequeño! En principio, la ganadería extensiva, propiedad de muchos pequeños propietarios, me gusta más que la intensiva. El problema de Garzón es que a mí también me gusta lo asequible. La ganadería intensiva ha matado mucha hambre y ha puesto las proteínas a precio asequible para todas las familias. Y si para matar el hambre del hombre hay que matar el animal, pues se le mata y en paz. Para eso fueron creados por Dios, para servir al ser racional y libre.
Además, el problema de las macrogranjas no es que contaminen, es que son macro, o sea, grandes. Igualito que el Estado comunista o que las grandes empresas capitalistas
Además, eso del sufrimiento de los animales una coña marinera. El animal irracional no sabe lo que es sufrir... porque sólo siente, ni consiente ni razona. Cuando el hombre tiene una herida o sufre una humillación, sufre dos dolores: el dolor en sí y el racional, porque el hombre, ser pensante dotado de alma, sí se da cuenta de su dolor y eso constituye su verdadero sufrimiento.
Repito: antes el pollo era una comida de lujo. Con las granjas intensivas de pollos, millones de personas han matado el hambre. Viva las granjas intensivas de pollo aunque no me gusten porque son grandes.
Además, el problema de las macrogranjas no es que contaminen, es que son macro, grandes. Igualito que el Estado comunista y que las grandes empresas capitalistas. Lo de la contaminación es una chorrada.
Son sintientes, no conscientes. Son animales, no sufren porque no piensan. Conclusión última: hay que ser muy idiota para ser animalista
Y que el padre Ángel deje de bendecir animales. Los seres irracionales fueron creados por Dios a beneficio de los racionales, del hombre. Son sintientes, no conscientes. Son animales, no sufren porque no piensan. Conclusión última: hay que ser muy idiota para ser animalista.