Los hechos son tercos pero los principios son aún más tercos que los hechos. 

El Papa Francisco, el autor de Fiducia Supplicans ha pronunciado la palabra mariconeo, aludiendo a que había mucho de eso en los seminarios y que cuanto menos hubiera, mejor que mejor. 

¡Rasgado enorme de vestes y filacterias! El Papa ha tenido que pedir perdón, asegurando que no quería ofender a nadie y que en la Iglesia caben todos. 

Por cierto, muy bueno lo de la corresponsal de RTVE en Roma, doña Begoña Alegría, que continúa sin estudiar el catecismo: cerró su crónica sobre la petición de perdón de Francisco con un recordatorio: hablamos del Papa que "bendice a las parejas gays". 

Que no, Begoña, hija, que el Vaticano lleva semanas repitiendo que no se bendice a las pareja gays sino a cada uno de los dos miembros gays de una pareja gay. 

Sí, a mi me parece un distingo difícil, pero es así como lo aclara el Vaticano, y tú, Begoña debes ser una periodista objetiva, que para eso eres de la plantilla de la TV pública. 

El Papa ha pedido perdón por emplear el término 'mariconeo'. Pero lo importante no era la respuesta sino que un ecleiástico formulara la pregunta: ¿Admitimos gays en los seminarios? En cualquier caso, ¡qué oportunidad hemos perdido para librarnos de la opresión de lo políticamente correcto.

En definitiva, que como tenemos la piel muy fina, el Papa ha tenido que pedir perdón por lo de mariconeo, un término de lo más popular pero que, ahora mismo, te puede costar en España hasta cuatro años de prisión.  

Pero vamos al fondo de la cuestión: Francisco decreta que los homosexuales no pueden ser sacerdotes. Punto y final. 

Y claro, si no pueden ser sacerdotes, tampoco se pueden admitir gays en los seminarios... porque ya hay mucho "mariconeo". 

Lo dice el Papa, insisto, que firmó Fiducia Supplicans. Pues muy bien: la ironía es el camino más corto hacia la verdad.

Ahora bien, como el Papa debe ser todo menos un agitador de nada, salvo de las conciencias dormidas. Francisco ha pedido perdón por emplear el redicho término "mariconeo". De acuerdo. Pero, ojo, lo importante no era la respuesta sino el hecho de que que se formulara la pregunta: ¿Admitimos gays en los seminarios? El simple hecho de que un eclesiástico se plantee esa pregunta es como para reflexionar sobre la situación real de la Iglesia. Y ya saben la respuesta: no, que ya hay mucho mariconeo en los seminarios. A Francisco le salió el porteño que lleva dentro y que nunca aspiró a nota en la escuela diplomática. 

Una cosa es acoger a todos con cariño y otra ser infiel a Cristo. Lo de siempre: hay que odiar el pecado y amar al pecador.

En cualquier caso, ¡qué oportunidad hemos perdido para librarnos de la opresión de lo políticamente correcto!

Al final, una cosa es acoger a todos con cariño y otra ser infiel a Cristo. Lo de siempre: hay que odiar el pecado y amar al pecador, una de las reglas de oro de la cosmovisión cristiana de la existencia y lo que explica la respuesta papal, políticamente incorrecta pero muy sabia.

Ganaremos mucho cuando los homosexuales vuelvan a bromear con el termino 'mariconeo'. Antes no tenías ningún problema en hacerlo, ahora te pueden caer, en España, hasta cuatro años de cárcel. Dicho sea.