Se habla mucho últimamente de patriarcado y heteropatriarcado, palabra esta última que no existe en el Diccionario de la RAE. Y se habla de una forma despectiva, y que en muchos casos destila odio hacia el hombre. Los patriarcas del cristianismo y los fundamentos filosóficos y teológicos que propusieron son los que dieron forma a los valores y al progreso y mejora en la convivencia de la humanidad de la que hemos disfrutado en los siglos anteriores hasta el actual. Muchas y numerosas fueron las mujeres que participaron activamente en su desarrollo y cuya lista sería interminable.

Bien, en España y en su gobierno ya no hay patriarcado, y gustamos de un matriarcado que es quien desde hace cuatro años ostenta el poder de “forma estentórea”, como diaria el inefable D. Jesús Gil, si viviese.

De un Gobierno de 22 ministras/ministros, 14 son de las primeras y 8 de los segundos, sin contar al presidente. ¿Dónde está la paridad que exigen a los Consejos de Administración de las empresas privadas? En consecuencia, nos gobiernan matriarcas.

Y ahora que han tenido y tienen la posibilidad de demostrar que este gobierno feminista-matriarcal, que no femenino, es mucho mejor, más culto, más experto, más competente y más eficaz; al hacer un balance de su gestión en este largo periodo, hemos de concluir que dejan bastante mal al género femenino, es decir, a las mujeres, si se me permite llamarlas así. Y que no se oculten detrás del -“gallo”-, perdón, del patriarca que las preside, porque para ello, no hace falta clamar tanto por ser mayoría o iguales en los distintos estamentos de la sociedad.

De un Gobierno de 22 ministras/ministros, 14 son de las primeras y 8 de los segundos, sin contar al presidente. ¿Dónde está la paridad que exigen a los Consejos de Administración de las empresas privadas? En consecuencia, nos gobiernan matriarcas

Para un observador avisado, verá que en los medios de comunicación sean; prensa, televisión, radio, tertulias, publicidad, uso de las “redes sociales”, etc., en España, predominan las mujeres en proporción superior a los hombres. Incluso en ascensos en empresas privadas, y no digamos en la pública: Sanidad, Educación, Administración… Y esto es lógico y normal por cuanto en el censo siempre ha habido más mujeres que hombres. Cosas de la naturaleza que así lo dispone para la reproducción de la especie.

Sería de agradecer, que en consecuencia, nos dejen ya de dar la lata, con las pobres mujeres que están sometidas, y la igualdad de la que disfrutan muy ampliamente en este siglo XXI. Y me refiero en el caso de España.

Y volviendo al gobierno de España, el balance es desolador. ¡Qué gestión en estos cuatro años! Pasará a la historia como lo que ya se oye en la calle: el peor gobierno en el peor momento. ¿Es este el resultado de tener un matriarcado?

Para terminar dos ejemplos del momento sobre medidas tomadas en educación:

  1. Se implementa una asignatura: los derechos LGTBI. ¿Es que hay ciudadanos que tienen unos derechos añadidos o distintos que el resto de los españoles? ¿Esos derechos implican unas obligaciones como contrapartida? ¿dónde está la tan cacareada igualdad?
  2. Se desprecia la memoria en los estudios. No hay que ejercitarla. Entonces, ¿cómo se puede exigir cumplir la tan manoseada Memoria democrática o Histórica, o cualquier otra ley, si no se me enseña a memorizar?

¡Viva el desquiciado matriarcado!