Mónica García, ministra de Sanidad es médica y madre pero, sobre todo, es puritana. Es decir, no es mema, sino 'pumema' que no me negarán suena mucho mejor.

A la pobre Mónica no se le ocurre ninguna media para mejorar la sanidad pública pero sí para fastidiar al privado, al particular. Por ejemplo a los fumadores, que fuman antes que nada, porque les viene en gana y porque les gusta. Y saben perfectamente a lo que se arriesgan sin que 'pumema' se gaste nuestro dinero en campañas absurdas. Yo ya no fumo desde hace 15 años, pero aún disfruto del espléndido olor de un buen Ducados, no digamos nada del mejor perfume que existe, el del tabaco de pipa. 

Mónica

A 'pumema', por contra, tampoco se le ocurren medidas para mejorar la salud de los ciudadanos pero sí para fastidiar a los ciudadanos fumadores.

Se parece mucho a la ministra Teresa Ribera, conocida como la 'ministra sandía' porque es verde por fuera y roja por dentro. Por verde dice tontunas ecologistas pero por roja las impone por la fuerza.

A los puritanos les ocurre algo parecido. Su lema es "serás bueno aunque no quieras". Y aún un segundo: todo placer es malo. 'Pumema' es una puritana y por tanto, pretende obligarnos a tener buena salud según sus criterios, que suelen ser bastante restrictivos y asaz molestos. Pretende obligarnos a tener buena salud en los pulmones a costa de fastidiar la salud de nuestro cerebro y de nuestro espíritu. Que no se vayan a creer, también tiene su importancia.