Según las cifras del propio Ministerio del Interior, los menores de edad -los famosos niños de Sánchez a los que pretende asesinar la ultraderecha- no alcanzan ni el 10% de los inmigrante ilegales. 

Por supuesto que hay que atender a los menores que llegan en cayucos, A los menores y a los mayores. No les vas a dejar morir. Ahora bien, eso no es incompatible con dos cuestiones:

1.No permitir que entre en tus fronteras quien no lo hace legalmente, porque eso sólo ocasiona el caos, ese caos que ahora mismo estamos viviendo en forma de robos, amenazas y violaciones. Sí, los 'niños' de Patxi López saben violar.

2.Devolver a sus países de origen a quien ha logrado entrar, algo que no debe hacerse con los adultos sino, sobre todo, con los niños. Un niño necesita crecer en sus raíces, hablando su idioma materno, protegido por su familia y, cuando sea mayor, decidir dónde quiere vivir y, antes de eso, prepararse para ello. 

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Por eso es tan importante que Occidente ayude al Tercer Mundo invirtiendo en él, segregando a sus habitantes entre Occidente y Oriente. 

Pero eso no tiene nada que ver con el caos que han creado ese par de caraduras llamados Pedro Sánchez y Grande-Marlaska, que utilizan a los menores, y mayores, para presumir de solidarios y mantener el espantajo de la ultraderecha que tan buenos resultados les da entre las almas cándidas, mayormente desinformadas. 

Hablando de desinformación: Moncloa es el primer creador de bulos en materia migratoria... y en otras materias.

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