Estoy seguro de que tras leer el titular no tiene usted la menor duda de a quién me refiero.  

La mujer discreta es sabia, espléndida, cambia el mundo sin hacerse notar, o sea, sin visibilidad. Por contra, la mujer que se empeña en ser el centro de atención de todo lo que le rodea es como humo en los ojos y no hay quien la soporte. Entre otras cosas porque si todo el mundo estuviera en el centro no habría nadie en la periferia y nos quedaríamos sin público que nos aplaudiera. Si existe algo ridículo en este mundo es ver esos grupos de feministas disputándose minutos de gloria en el escenario: ahora te toca a ti brillar y a mi aplaudir, pero luego debe ser al revés, que conste. Todo ocurrió cuando a la vanidad empezamos a llamarle visibilidad.

El papelón que estamos haciendo los periodistas defendiendo a estas chicas pasará a los anales de la mala práctica profesional

Apliquemos lo anterior a las componentes de la Selección nacional de fútbol femenino, a quienes las estrellas de la tele en España califican como "nuestras campeonas". Y los son, campeonas del mundo... y petardas mayores del mundo mundial. Una petardas deseosas de ser el centro de atención de cuanto les rodea. 

Más: un papelón, el que estamos desarrollando los periodistas con el linchamiento al grosero e indecoroso de Luis Rubiales y haciendo la rosca a unas futbolistas a las que ni se entiende lo que reivindican ni se les pide razón de sus críticas, pero a las que hacemos la rosca hasta el ridículo. 

Ahora, andamos muy necesitados de que una, basta con una, de "nuestras campeonas", grite aquello de que 'el emperador va desnudo' y que los feministos dejen de actuar de estúpidos tiralevitas de estas grandísimas futbolistas, supongo, pero, al mismo tiempo, unas auténticas petardas con tendencia al protagonismo excesivo. 

Porque, insisto, si no paramos la censura feminista llegará un momento en el que no podremos decir nada.

El pico de Rubiales ha resucitado uno de los cánceres contemporáneos, llamado feminismo, el mismo tumor que ha provocado una guerra civil global: una mitad de la humanidad contra la otra media

Planteémonos esta tres cuestiones:

¿Con qué cesión, o tras haber logrado qué reivindicación, se conformarán las integrantes de la Selección Española de fútbol? La respuesta es: con ninguna. Se trata de protestar. Sólo quieren ser el centro de atención del país. Con decirles que las futbolistas están haciendo buenos a los horteras de los futbolistas... 

El papelón que estamos haciendo a los periodistas defendiendo a estas chicas pasará a los anales de la mala práctica profesional. No se puede faltar la verdad por miedo a resultar poco progresista. 

El asunto es grave porque el pico de Rubiales ha resucitado uno de los cánceres contemporáneos, llamado feminismo, el mismo tumor que ha provocado una guerra civil global: una mitad de la humanidad contra la otra media. Los dos sexos están para colaborar, no para pelear.