RTVE nos ha mostrado un discurso del Orgullo Gay, donde donde los oradores aseguraban que el movimiento LGTBI se solidarizaba con el pueblo palestino. Bueno, el orador citó otros puntos de solidaridad pero su compañera reiteró lo de "¡Viva Palestina libre! mientras loa asistentes aplaudían, entusiasmados.

Para entendernos, si un movimiento, del tipo que sea, pretenden captar el aplauso de la generalidad en el presente año de 2024, lo único que tiene que hacer es gritar "¡Viva Palestina Libre!. A partir de ahí, puede afirmar lo que quiera que todo ello será bienvenido. 

La solidaridad con Palestina aporta multitud de ventajas, entre ellas, que resulta gratis y que, si bien no ayudará ni una miajita al pueblo palestino servirá para calificar como genocida al pueblo que sufrió el mayor ataque contra una raza por el simple hecho de pertenecer a ella, de toda la era moderna.

Ha habido matanzas mucho más duras que cualquier genocidio por razón de religión, económicas, jurídicas o territoriales, pero en las que suele haber dos bandos, cada uno con sus razones. En el caso de Israel sí: ahí tenemos a un pueblo que está luchando  por su supervivencia y que, por tanto, va a luchar hasta el final. Son los judíos pero con ellos nadie se solidariza... aunque se trate de la única democracia de Oriente Próximo.