
El partido que más sufre la violencia de sus enemigos es Vox. Pero el que más lo siente es el PSOE, cuya sede en Cantabria fue atacada / Foto: elaboración propia
Un individuo lanza artefactos explosivos caseros contra la sede del PSOE en Cantabria, justo cuando se celebraba un acto de memoria democrática. Esto está mal, muy mal.
Gran alarde mediático contra esta persecución contra el PSOE de la que, encima, tiene culpa el PP, por no condenar los hechos con la suficiente firmeza.
Sin embargo, miren por dónde, los ataques violentos a carpas y efectivos de Vox, mucho más frecuentes, apenas tienen repercusión.
En cualquier caso, no me extrañaría nada que estos incidentes fueran a más. La violencia no surge por el enfrentamiento ideológico sino por el sectarismo, que se compone de dos elementos: la mentira de la memoria democrática, y el vetar hasta la propia existencia del discrepante. Por ejemplo, el Sanchismo asegura estar dispuesto a pactar con todos menos con Vox. Por tanto, la violencia contra Vox está plenamente justificada... o al menos es comprensible.