Pedro Sánchez Pérez-Castejón tiene una habilidad al alcance de pocos: decir una cosa y su contraria en la misma comparecencia. En su caso, además, se ha convertido en una de sus principales habilidades, de tal manera que cada vez la exhibe con mayor frecuencia. Es un virtuoso.

Este viernes lo ha vuelto a hacer. Preguntado sobre el acuerdo firmado el jueves, el presidente ha afirmado que “es importante y relevante porque garantizamos la sostenibilidad de nuestras pensiones y las indexamos permanentemente, gobierne quien gobierne, al IPC”.

Poco después, sin embargo, y en respuesta a una pregunta sobre los ajustes que tendrán que hacer los nacidos entre 1950 y 1975 -Escrivá ‘dixit’-, el presidente ha admitido que “vamos a trabajar en los próximos meses en la segunda parte de la reforma”.

¿En qué quedamos? ¿No habíamos asegurado que el sistema era sostenible? A Sánchez ‘Mentiras’, como le llamó Santiago Abascal en el Congreso, cada vez le cree menos gente.

Mientras, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha matizado este viernes sus palabras. “Ayer no tuve el mejor día”, ha admitido durante la presentación de los datos de paro. Escrivá, en cualquier caso, no ha negado lo importante y ha admitido que el factor de sostenibilidad está todavía en estudio.

Esa sostenibilidad que Sánchez asegura que ya está garantizada. Qué caradura más grande.