Con sol en el cielo, el tiempo sereno,
silencio en el interior del alma,
escuchando a quien te habla,
sin número en las horas,
sin pasado, ni futuro, sin el paso,
del tiempo.                                                  

Con paz en el alma, el ánimo quieto,
éxtasis en lo que contemplo:
¡cómo al alma cuidas y proteges!
Y del abismo de su cuerpo la salvas,
haciendo que tus bondades, 
su amor por ti acreciente
los deseos de amarte, de contemplarte,
sin pasado, ni futuro, sin el paso
del tiempo.

En presente viviendo.