Ausencia de agitación.

Voluntad en la posesión estable del bien.

Lucha constante contra las propias pasiones.

I
¿Qué temes, por qué te agitas
si dejó la Paz en tu alma
quien te protege con su Amor,
quien a tu espíritu anima?
 
La voluntad despierta, a Él rendida,
descansa, se eleva, vuela, como el águila
a tan altas cimas, por la suya sostenida.
 
Y su Paz, ya tuya, en tu boca una sonrisa,
la transmites a los tuyos
como las ondas en un lago, la piedra caída.
Siendo las pasiones, por tu alma en Paz,
contenidas, sometidas.