Una de las más famosas leyes de Parkinson aseguraba que la eficacia de todo organismo público es inversamente proporcional al número de funcionarios que trabajan en él.  

Y así, ante la rebelión policial, especialmente en la Guardia Civil, tras el asesinato de dos miembros por los narcos, en aguas del puerto de Barbate, pero también en la Policía Nacional, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que no piensa dimitir, defiende su gestión porque ha aumentado el número de policías. El hecho de que hayan creado muchos puestos de funcionarios policiales y aún así los crímenes, sobre todo las violaciones de mujeres, estén disparados significa que Parkinson era un tipo muy listo y Marlaska un caradura formidable.  

Vamos, que no se trata de que la policía se muy numerosa sino de que sea eficaz.

Y luego sucedió aquello: "Vuelva usted al espíritu de Ermua". Fue lo que le espetó el ministro a Mari Mar Blanco... hermana del asesinado Miguel Ángel Blanco... hecho que provocó el nacimiento del Espíritu de Ermua. Ocurrió el martes en el Senado, en la sesión de control al gobierno. Blanco, hoy senadora del PP, tuvo que escuchar cómo el polémico ministro le pedía que volviera a un consenso que surgió con el secuestro, chantaje y asesinato de su hermano. Consenso, además, que ha saltado por los aires desde el momento en que el Sanchismo se ha aliado con el brazo político de la hoy inactiva banda terrorista ETA. Se ve que las palabras de la popular, le llegaron al titular de Interior: