En España todo lo norteamericano es tan odiado como temido. Lo cual revela un complejo de inferioridad del español frente al gringo un tanto preocupante, sobre todo, sin consideramos que, como decía el gran Forges, se trata un país cuyos grado de licenciado en historia se regalan en las tapas de yogur. 

Ejemplo, si Trump condena a España a unos aranceles del 100% no nos asustemos: condenemos a los productos estadounidenses a unos aranceles del 100 por 100. ¿Seguro que España perdería? ¿Seguro que es España la que pierde? 

Si Trump condena a España a unos aranceles del 100% condenemos a los productos estadounidenses a unos aranceles del 100 por 100. ¿Seguro que España perdería? ¿Seguro que es España la que pierde?

La balanza comercial entre España y Estados Unidos es bastante favorable a Estados Unidos, porque ellos exportan más, pero, si España pone aranceles del 100%, insistimos: ¿Seguro que España perdería? ¿Seguro que es España la que pierde? Y sin complejos. Recuerden que aunque es verdad que los españoles tenemos que ganar en liberalismo económico pero Trump no es menos liberal sino menos librecambista: le encantan las aranceles y la guerra comercial.

La era Trump tiene un mensaje económico: prepárense para la autarquía: a lo mejor es necesaria. Sí, Trump es un poco más liberal que Biden pero menos librecambista.