El pasado sábado 22 celebramos la festividad de Santo Tomás Moro, sin duda el mejor primer ministro que haya tenido jamás al Reino Unido. Enrique VIII mandó cortarle la cabeza porque no podía soportar que su primer ministro, siempre leal a la corona, le reprochara que hubiese violentado su conciencia y la de todo el pueblo inglés, desobedeciendo al Papa por su encaprichamiento con Ana Bolena.

Ahora solo me pregunto quién será el Santo Tomás Moro de Felipe VI.