Lo ha propuesto el Banco de España (BdE) en su Informe Anual, que asemeja un jamón ibérico: hay que ir cortando loncha a loncha y los cabezas de huevo de Cibeles son óptimos estudiosos y pésimos periodistas: no saben resumir. El Economista, que está plagado de periodistas, sin embargo, sí que sabe, y publica una información que titula así: “El Banco de España plantea reducir la duración del paro y subir su cuantía”.

Es una buena idea. Los especialistas en vivir de la subvención, los listillos que se han apuntado a la política alimentavagos, uno de los pilares del Sanchismo, tienden a alargar los subsidios de desempleo.

Eso sí, mientras cobran del erario público pueden permitirse el lujo de rechazar los empleos que no les gustan. 

Y al mismo tiempo, en España se cobra poco, por tanto, todo lo que sea aumentar la cuantía líquida de retribuciones no me paree mal. En Hispanidad, lo que sí decimos es que la subida de, por ejemplo, el salario mínimo, debe ir acompañada de una reducción de impuesto laborales, sobre todo de las cuotas. 

En cualquier caso, la reducción del tiempo de cobro de la prestación por desempleo, a cambio de elevar su cuantía, la ha propuesto el gobernador del BdE, Pablo Hernández de Cos. Cos es un reformista, que no un revolucionario -eso lo fue de joven, y de lo más radical-, un economista honrado, o sea, sin prejuicios, pero que no quiere entrar en conflicto con el Gobierno. 

En cualquier caso, buena idea: reduzco el tiempo de cobro del subsidio y urjo al cobrante a buscar empleo cuanto antes. A mí me parece una gran idea. 

Es lo mismo que ocurre con el salario mínimo: que suba está muy bien, pero no que, en paralelo, suban los impuestos por tener una asistente doméstica en casa, por ejemplo. Eso sí que es una vergüenza que atenta contra el empleador... y contra el empleado porque pasa a formar parte del colectivo, “cuanto antes nos libremos de él, mejor. No podemos pagar eso”.

En otra palabras, el objetivo debe ser que los trabajadores cobren más y que el ministro Escrivá recaude menos.