De entrada, el novio de Ayuso (¿por qué vive usted con su novio, doña Isabel, sin comprometerse a nada?), Alberto González se ha querellado contra distintos dirigentes socialistas, incluyendo a la ministra del espacio, Diana Morant, por acusarle sin sentencia de actitudes dolosas.  Y cuidado, porque en paralelo, el Supremo podría juzgar al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos, como responsable último, y a lo mejor primero, de las filtraciones del caso del novio de Ayuso. 

En cualquier caso, Sánchez ha demostrado de nuevo la obsesión, verdaderamente patológica, que siente contra Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid.

Uno de los principales puntos del grueso discurso de apertura del curso político, propinado por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el miércoles 4 fue que "hemos dado", o sea, el Gobierno central, o sea, él mismo, más dinero a las regiones que cualquier año de gobierno del PP. La verdad es que el señor Sánchez, o cualquier otro presidente, no da nada a las comunidades autónomas. Se lo damos nosotros, los ciudadanos, es dinero de nuestros impuestos. Además, se trata de un dinero para cubrir una competencias, por ejemplo la sanidad. O nos la sirve el Gobierno central o el autonómico.

El novio de Ayuso pasa al ataque y se querella contra distintos dirigentes socialistas, incluyendo a la ministra del espacio, Diana Morant

Todas las comunidades recibirán más dinero, promete don Pedro: "Dicen que nos les damos suficientes recursos pero es mentira". El problema, asegura Sanchez, y pone como ejemplo a Madrid, es que dedican esos "recursos a aumentar los contratos de unas pocas empresas con algunos nexos familiares". 

Es una obsesión anti-Ayuso: Sánchez no puede con ella: sencillamente le saca de quicio.