Repetimos: ¡Bien por Rubiales!. Mira que me cae gordo el sujeto, pero ahora toca defenderle por resistente -o resiliente- y por mantenerse en su puesto ante la exageración más farisaica que hemos vivido durante los últimos tiempos, y que se refleja en el linchamiento de Rubiales, al que ya se ha sumado la Fiscalía. Y eso contra el Gobierno Sánchez, contra la mentecatez habitual del Partido Popular, contra la FIFA y contra el enemigo más peligroso: un pueblo español mayoritariamente cretinizado por una ideología de género, sección feminismo, que está acabando con todo rasgo de racionalidad y, sobre todo, con todo rasgo de justicia.

En Hispanidad, hemos pasado de criticar el carácter indecoroso y hasta macarra de Rubiales en la final del Mundial femenino de fútbol a defender su no-dimisión, su resistencia a dimitir. Le acabarán obligando, sobre todo ahora que el sanchismo tiene a la FIFA como aliado (de hecho, la Comisión Disciplinaria de la FIFA le ha notificado su suspensión provisional) pero está bien que se resista todo lo que pueda. Y es que cuando uno contempla a la ministra Irene Montero, fautora de la ley del ‘Sólo sí es sí’, la suelta-violadores, lanzarse a la yugular de Rubiales por varón machista... pues mire usted, me obliga a apoyar al grosero que preside la Real Federación Española de Fútbol. Sí, no podemos admitir que una cacería miserable contra una persona, en nombre de la mala leche feminista, tenga éxito. Hay que estar con la persona y contra el sistema. 

¿Defensa de la mujer? ¿esto no ocurriría con un hombre? La actriz Anabel Alonso, en Twitter, se enorgullece -y exhibe foto- del beso a tornillo, no consentido, que le propinó a otro hortera de nuestra tele, el cocinero Jordi Cruz, en un programa de máxima audiencia. Está claro que Anabel Alonso debe cesar y ser fusilada al amanecer sin juicio previo. No sé de qué ni de dónde pero debe ser cesada... y fusilada al amanecer sin juicio previo. La dignidad de la víctima zaherida, Jordi Cruz, así lo exige.

La cacería de un país contra una persona siempre me pone los pelos de punta.

Luego está lo de los ‘feministos’. Insisto: todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas: un hombre feminista. Iker Casillas, feministo: “Tendríamos que estar estos cinco días hablando de nuestras chicas, de la alegría que nos dieron a todos, de presumir de un título que no teníamos en el fútbol femenino pero…”. Precisamente él, que, con la emoción de haber ganado, precisamente, un Mundial de fútbol masculino, le arreó un ósculo -tampoco consentido, pues no estaba allí como su pareja sino como locutora de Tele 5- a Sara Carbonero. Además, Iker, ¿te das cuenta de lo que has dicho? ¿Qué es eso de “nuestras chicas” pedazo de machista posesivo? ¿Acaso son de tu propiedad?

Y sobre todo, Iker ‘feministo’ Casillas: ¿De verdad crees que un varón -por lo demás, blanco y heterosexual- va a satisfacer a alguna feminista haga lo que haga? ¡Es imposible, haga lo que haga y diga lo que diga! Nunca será suficiente. Porque el feminismo no pretende la igualdad de la mujer, que nada tiene de igual al hombre, afortunadamente par el hombre y para la mujer. Lo que quiere es ser el centro de atención de todo lo que le rodea. Ese es su problema

Y muy bueno lo del otro feminista, el bético Borja Iglesias, quien asegura que no volverá a la Selección española con Rubiales como presidente de la Federación. Pero hombre, Borja, si el nuevo seleccionador, Luis de la Fuente, no cuenta contigo para representar a España ni de masajista. ¿No será que es la Selección la que te abandona a ti en lugar de ser tú quien abandona a la Selección? 

Esto es como lo de José Ángel Iríbar cuando se volvió a abertzale y, muy chuleta, aseguró que no volvería a la Selección española de fútbol... años después de que nadie le llamara para cubrir la portería del combinado nacional.

En cualquier caso, ¿de verdad creen estos ingenuos ‘feministos’ que algunas feministas les van a agradecer sus posturas?

Por lo demás, y a pesar de la grosería, un poco babosa, de Rubiales, insisto: las futbolistas campeonas del mundo están demostrando ser mucho más prepotentes que sus compañeros varones... lo cual parecía sencillamente imposible.

Rubiales hace bien en resistir y, sobre todo, en rebelarse contra tanto cretinismo políticamente correcto. Cuanto más aguante, mejor. Recuerde que la siguiente víctima del feminismo retorcido aliado con la necedad generalizada podría ser usted. 

La guinda: la madre de Luis Rubiales, de nombre Ángeles Béjar, se ha encerrado en una iglesia de Motril (¿No podía haber elegido otro sitio, por ejemplo, su casa?), en huelga de hambre, para protestar contra la cacería que se está prepetrando contra su hijo. En esto tiene razón: se trata de una cacería, Insistimos: Rubiales no mató a Manolete. 

La aportación de RTVE: en la mañana del lunes, una feminista que asegura que lo de Rubiales es peor que el ‘Me too’ de Harvey Weinstein, porque, atencion al argumento: aquí todos hemos visto el vídeo y lo de Harvey era ámbito privado. Vamos, que un pico es peor que una violación. ¡Toma ya!