Pedro Sánchez ha adelantado un año el Congreso Federal del PSOE. Una vez que el aragonés Javier Lambán ha votado en contra del acuerdo económico, financiación especial, cupo, como quieras llamarle, con los catalanes, en el partido hay mucho socialista cabreado. 

Eso significa que el socialismo español se rompe a lo Charles De Gaulle. Por la nación, que no por la justicia. O si lo prefieren, no por la moral.

Recuerden: cuando termina la Segunda Guerra Mundial, La Galia es de izquierda, casi de extrema izquierda. En Francia, hay tanta aversión al nazismo que Charles de Gaulle, ante todo un católico, comprende que los principios cristianos de la hija primogénita de la Iglesia, traducido a la política, la justicia, en su más sano sentido antropológico, no bastará para detener la marea comunista, una izquierda prepotente que enardece los deseos de venganza de un pueblo que no se ha portado precisamente con valentía durante la contiende mundial y unos comunistas franceses que se arrogan la inexistente victoria sobre los nazis y no buscan otra cosa que su permanencia en el poder... y por mucho tiempo. 

De Gaulle se da cuenta de que los franceses no responderán algunos a los principios de su tradicional identidad católica y que sólo detendrá a los comunistas si les opone la unidad y la grandeza de Francia. Son así de patriotas o de nacionalistas, me es igual como le llamen.

El PSOE se está rompiendo, precisamente, por la cuestión nacional. La contumacia ridícula de personajes como Gabriel Rufián o Carlos Puigdemont, ha excitado el nacionalismo español de muchos socialistas. Por decir, algo: Javier Lambán es tan partidario de la venenosa anti-cultura woke como cualquier sanchista, pero está de los catalanes hasta el gorro. 

Ahora bien, no creo que el PSOE se rompa por eso. Porque el problema de acudir al patriotismo para frenar a Sánchez es que don Pedro dirá que no hay nadie más patriota español que él. Y se quedará tan ancho. 

Es cierto, el partido, no se fía del Sánchismo pero Sanchez es quien les paga a fin de mes… con nuestro dinero.

En definitiva, sin recursos morales no se puede acusar a Sanchez de inmorald. Dime de qué presumes y te diré de qué adoleces. Y luego está lo del cargo de sueldo.

Pedro como buen obseso del poder, adelanta el congreso antes de que la situación empeore. Buena técnica pero solo es eso: una táctica. Lo preocupante es que los socialistas españoles se han vuelto tan inmorales como su jefe y defienden con ilusión todas las aberraciones, morales, ciertamente, llegadas con su jefe de filas. 

Además, si el PSOE se rompe, a Sánchez le importará un pimiento. Lo único que busca es que cada diputado levante la mano o apriete el botón correspondientes cuando él lo solicite. Y sinceramente mientras su sueldo dependa de Pedro Sánchez, seguro que lo harán.

Así pues, ¿el problema de Sánchez es el PSOE? ¿El Problema del PSOE es Sánchez? Sí y sí... y los dos problemas se anulan. El problema del PSOE es que tiene un líder sin escrúpulos... con unos altos cargos y un aparato compuesto por líderes sin escrúpulos, incapaces de enfrentarse a su jefe si con ello se juegan el cargo.