Últimamente, a Yolandísima no le encajan ciertas palabras en sus discursos. Desde que la vicepresidenta tercera expresara, respecto al fallecimiento de Berlusconi, que “la disparidad del proyecto político que él representó no adolece de mi compasión”, ahora le toca el turno al verbo sufragar. He aquí la interpretación de la líder de Sumar. 

Dada su humildad, seguro que Díaz ya está buscando quien le asesore a la hora de elaborar sus discursos pero a lo mejor bastaría con que la vicepresidenta no fuera tan pedante.