Ángel Escribano, nuevo presidente ejecutivo de Indra Group
Habrá que insistir en aquellas ocho palabras que, según el expresidente de EEUU, Ronald Reagan, eran lo que más debía temer un buen ciudadano. Son las ocho palabras de aquel que llega y asegura: Hola-soy-del-gobierno-y-vengo-para-ayudar. En ello estamos.
Jose María Álvarez-Pallete, el presidente mejor preparado para liderar Telefónica, es expulsado de la Presidencia de la operadora por Pedro Sánchez y, sin tener ningún derecho a ello, como ya hemos informado en Hispanidad, le despide de Telefónica y le sustituye por Marc Murtra, socialista procedente de la Presidencia de Indra.
Por de pronto, Telefónica se derrumba en Bolsa e Indra se dispara. La primera llegó a caer el 3% mientras la segunda subía un 2% en la jornada del lunes. Dos lecturas: o el mercado está diciendo que el PSOE no debió dejar caer a Pallete, sin duda el mejor presidente posible para Telefónica, o bien el mercado está anunciando una fusión entre Telefónica e Indra: el comprador baja y el comprado sube.
Mis fuentes y el mercado y mi sentido común, aseguran que la fusión entre Telefónica e Indra es la estación final del asalto a Telefónica por parte de Sánchez, que no es otra cosa que el preámbulo de un matrimonio entre ambas entidades.
Hasta aquí, un disparate; a partir de ahí, un desatino: fusionar Telefónica e Indra puede resultar muy rentable para otros, sobre todo para los bancos de inversión que intervengan en la operación... salvo para Telefónica y para Indra.
La fusión del amigo Sánchez supone una locura tan gorda como cualquier otra. Una operadora y una industria de defensa no tienen sinergias, aunque a ambas se les dé el calificativo de "estratégicas". Ya saben: si quieren llamar al pueblo imbécil llámenle "pueblo soberano". Si quieren controlar una empresa y hacer lo que les venga en gana en ella, llámenle estratégica.
Y si a Indra se le considera, principalmente, una empresa de ingeniería, que es lo que es... bueno, entonces vamos aún peor. Es otra chifladura de Pedro Sánchez que, con el dinero de los demás, con el nuestro, ha comprado un 10% de Telefónica y un 25% de Indra. Mal lo uno y mal lo otro. Ni el regulador debe ser accionista de una operadora de telecos, que vive pendiente de la regulación ni debe comprar acciones del principal contratista de armamento... que vive del presupuesto público del Estado. O no debe comprar ninguna o que compre el 100 por 100 y la saque del mercado.
Aún peor: Ángel Escribano se ha convertido en presidente de Indra, vamos, que también han colocado en Indra...'al otro hermano'. Me explico: la empresa de ingeniería y defensa, envía, también en fin de semana, un hecho relevante, según el cual, el señor Ángel Escribano era nombrado presidente de Indra.
A ver si nos entendemos: los hermanos Escribano, Javier y Ángel, amigos de Sánchez, poseen tan sólo un 8% del 22, y ya han colocado a uno de los hermanos, Javier, como consejero de Indra. Ahora, el otro hermano, Ángel, pasa a ser presidente. Y recuerda que el presidente de Indra ha vuelto a ser presidente ejecutivo.
Por si no ha quedado claro: resulta que el proveedor de armamento se convierte en presidente de una empresa 'productora' de armamento, llamada a ser el mayor contratista del Estado.
Esto, ya de por sí, es una locura, pero más lo es que el mismo afán posesivo, verdadera obsesión de control de todo y de todos, que afecta a don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, de un paso más: ya me he hecho con Telefónica, ya me hecho con Indra y ahora quiero controlar la suma de Telefónica e Indra.
¿Locura? No simple ambición patológica por dominar todo para que nadie se puede revolver contra mí. Es la parábola de la araña hinchada: que nadie puede decir 'yo' fuera de mí mismo.
El resultado final es que el PSOE está creando un nuevo INI con nuestro dinero, pero, ojo, no porque crea en la empresa publica, sino porque cree en las empresas donde manda Sánchez, para utilizarlas en su propio beneficio. Y ojo, no crea un nuevo INI creando empresas, sino controlando empresas ya creadas. Sánchez no crea riqueza, crea poder: el suyo.