El Ingreso Mínimo Vital es un desastre: la falta de información y la burocracia dejan fuera a muchos de los potenciales beneficiarios, la que fuera la gran medida de Pablo Iglesias, su compra-vagos particular, ha resultado ser un fracaso, pero para remediarlo ya está el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. José Luis Escrivá ha montado un autobús que recorrerá 40 municipios para informar y ayudar a tramitar el IMV. Dentro del autobús van funcionarios voluntarios de la Seguridad Social que realizan los trámites administrativos necesarios a las personas que acudar para solicitar el IMV. Así de orgulloso lo publicaba Escrivá en sus redes sociales. 

"Gracias a todos los ciudadanos que se están acercando desde primera hora de la mañana al autobús", recordemos que el ministro está hablando ciudadanos que han tenido que acudir a un autobús para pedir el IMV para poder sobrevivir, no es que esté dando las gracias por la gente que ha acudido a su firma de libros, porque por el mensaje bien podría parecerlo. 

GENTE IMV

La intención es llegar al "máximo" de hogares. Según datos del Ministerio, "uno de cada cuatro" potenciales beneficiarios del IMV aún no conocen la prestación. Y es que, si la previsión del Gobierno era que llegaría a 850.000 hogares, han pasado más de dos años y el IMV a penas ha llegado a 500.000 hogares. Pero tranquilos, que el departamento de Escrivá estima que se llegarán a 650.000 al final de la legislatura. 

AUTOBÚS IMV

Pero a Escrivá le sigue pareciendo un éxito y vende todo lo que el autobús ha conseguido en su primer día en carretera.

Y, por si fuera poco, anuncia nuevas paradas, a lo estrella del rock:

El ingreso mínimo vital no deja de ser una limosna: un dinero que el Gobierno recoge de los ciudadanos que pagan impuestos y se lo ofrece a los necesitados, según el Gobierno... ¡a cambio de nada y se supone que para siempre jamás!.El IMV supone, de paso, el vaciamiento moral de España: ¿para qué trabajar 40 horas a la semana por 950 euros al mes si puedo cobrar 1.000 sin dar ni golpe? Y no olvidemos que el ministro se regocija del éxito de que muchas personas acudan a solicitar el IMV, que digo yo que el orgullo debería ser que nadie en el país tuviera que hacer cola a las puertas de un autobús para cobrar una subvención del Gobierno, ¿no, señor Escrivá?