Ni un sólo ministro del gobierno de Pedro Sánchez, tampoco el presidente, como hubiera debido hacer, asistió al funeral por el católico Diego Valencia, sacristán de la iglesia de la Palma, en Algeciras, asesinado por un marroquí musulmán
El Sanchismo no se alimenta de la izquierda, sino de la cristofobia. Lo único que une a socialistas y podemitas, coaligados es su cristianofobia. El colmo ya ha sido cuando la ministra Ione Belarra conocido el asesinato a machetazos del sacristán Diego Valencia, a manos de un fanático musulmán de nacionalidad marroquí, lanzó su palabra mágica: estigmatización. Suspiraba doña Ione porque no se persiguiera a los musulmanes, el colectivo del asesino, que ya andaban los musulmanes, pobriños, bastante "estigmatizados".
El problema de esta persecución no son los sicarios musulmanes, sino los progres cristianos. Por ejemplo, Susanna Griso, de la conservadora Atresmedia
En cualquier caso, ni un sólo ministro del gobierno de Pedro Sánchez, tampoco el presidente, como hubiera debido hacer, asistió al funeral por el católico Diego Valencia, asesinado, insisto, por un marroquí musulmán.
Pero el Sanchismo, insisto también, no se alimenta de la izquierda, sino de los complejos de la derecha progre. Mismamente, Susanna Griso, que lleva el programa de la mañana en Antena 3 TV del canal conservador de Atresmedia, justificando el asesinato porque a lo mejor el asesino fanático se enfadó porque no le habían dado de comer en la Iglesia, mientras animaba a un párroco a pedirle a sus feligreses que no persiguieran musulmanes, como si existiera el terrorismo católico.
En cualquier caso, en Algeciras ha comenzado la persecución física a los católicos españoles. Esto es lo que hay que tener en cuenta.
Es justo y necesario, además de lógico, que los católicos españoles comiencen a proteger sus templos y a la Eucaristía... porque ni el PSOE ni el PP lo harán
Ya existía otra persecución, la social. Si eres católico y te manifiestas como tal, en la España de hoy serás ninguneado, condenado al ostracismo. Pero ahora comienza la persecución física, la del machete. El Nuevo Orden Mundial (NOM) está feliz: siempre tendrá a mano a un musulmán fanático para ejecutar la pena de muerte contra católicos indefensos y siempre contará con políticos como Pedro Sánchez fuerte con el débil y el bien intencionado como el católico y débil y cobardón con el fuerte y canalla, como Mohamed VI.
Una persecución animada por la actitud mezquina de La Moncloa: ni un solo ministro de Sánchez acudió al funeral por el sacristán Diego Valencia, asesinado por el yihadista Yasin Kanza.
Todo ello en vísperas de la Cumbre hispano-marroquí: no conviene enfadar al precitado miserable, Mohamed VI. La cobardía del Gobierno español ante Rabat abochorna a la mismísima Bruselas, cuyo sello de identidad es, ciertamente, la cobardía. Pero hombre, Bruselas todavía no es tan pusilánime como Madrid.
A lo mejor la persecución física despierta a los católicos españoles dormidos, o sea, tibios... esa inmensa mayoría
Así, es justo y necesario, además de lógico, que los católicos españoles comiencen a proteger sus templos y a la Eucaristía... porque ni el PSOE ni el PP lo harán. Lo comentábamos ayer en Hispanidad: Ricardo Ferris un policía perseguido por Marlaska -o sea, buena gente- está creando eso que los progres llaman, con profundo asco, grupos de autodefensa.
Sí, la violencia es patrimonio del Estado, salvo cuando el Gobierno, que representa al Estado, mira para otro lado cuando se asesina a católicos por el hecho de ser católicos.
A lo mejor todo esto resulta positivo. A lo mejor, la persecución física despierta a los católicos españoles dormidos, o sea, tibios... esa inmensa mayoría social cuya vida se condensa en dos palabras: no comprometerse, lo que el castizo traduce que "ese no se moja ni en la ducha". Lo cual no tiene porque acrecentar y seguridad pero seguramente acrecentará su tedio vital.
En cualquier caso, la persecución ha comenzado y los cristianos debemos aprender a defendernos solos.