El pasado 4 de marzo, el pleno de la Asamblea Regional de Murcia, con los votos del PP y de Vox, aprobó una moción presentada por el partido de Santiago Abascal para instar al Gobierno regional a la devolución de los menores extranjeros no acompañados (MENAS) a sus familias en sus países de origen, recoge su nota de prensa. 

El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras (PP), declaró ese martes que la comunidad autónoma está "colapsada, saturada", por lo que no puede acoger a más extranjeros: "El Gobierno de España no nos da los recursos suficientes para poder atender a los inmigrantes en condiciones de dignidad", argumentó. 

Por su parte, la diputada regional de Vox, Virginia Martínez, declaró: «Hoy es un día histórico para nuestra comunidad. Es el primer paso hacia el cierre del centro de menores de Santa Cruz y la puesta en marcha de un plan de retorno con fondos propios de la Comunidad Autónoma». 

Asimismo, Martínez subrayó que Vox continuará trabajando para garantizar que los menores sean repatriados a sus países de origen y puedan reunirse con sus familias: «Es una cuestión de justicia y de sentido común. Los menas deben estar con sus familias en sus países. Debemos actuar con responsabilidad y firmeza».

No obstante, la formación verde no explica cómo va a llevar a cabo esas devoluciones de los menas, lo único que dice es que se desarrollará “con fondos propios de la Comunidad Autónoma”. 

¿Y si el mena en cuestión no quiere revelar de qué nacionalidad es? Y en el caso de que la  revele, ¿qué pasa si su país de origen se niega a repatriarlo? 

Esas dos preguntas son vitales para entender el plan de repatriaciones, devoluciones, deportaciones -o como se quiera llamar- que Vox quiere ejecutar si llega a gobernar. Porque proponer soluciones sencillas para problemas complejos muchas veces no es realista. 

Así que la pregunta que hay que hacerles a los de Abascal es: ¿en qué consiste el plan de echar a inmigrantes ilegales, menas o delincuentes multirreincidentes del país? ¿Cómo se concreta?