Comparecencia de Pedro Sánchez para hacer balance del año que termina. Es curioso, porque gran parte de su exposición consistió en hablar de lo bien que va la economía, según las evidencias científicas como el dato del PIB conocido este lunes.

Pero como en todo en el Sanchismo, son verdades a medias, es decir, las peores de las mentiras. Por ejemplo, la economía avanza, pero es un crecimiento insano porque se basa en el consumo y la inversión públicas, no en la inversión privada, que es la que garantiza el futuro porque no se sustentan en deuda pública. La inversión privada lleva estancada desde que Sánchez llegó a La Moncloa; con eso les digo todo.

Relacionado

Otra verdad a medias: creamos más empleo que Alemania e Italia juntas. Claro, como que tenemos muchísimo más paro que esos países. Además, miren por dónde, a pesar de crear tanto puestos de trabajo, España sigue siendo, seis años después y tras la reforma laboral, el país desarrollado con la mayor tasa de desempleo. Sin duda, un éxito de don Pedro y doña Yolanda.

Para que se hagan una idea de la capacidad del presidente para presumir, ensalzó el aumento de la movilidad de los españoles para trabajar en otra CCAA, como si eso fuera un avance y, en todo caso, un avance del Gobierno progresista que lidera.

Nadie le preguntó sobre Begoña y las nuevas diligencias del juez Peinado, que ha llamado a declarar a responsables de Google, Indra y Telefónica por el software de la Complu, tampoco sobre su hermano, Aldama, Ábalos, Air Europa… Sin embargo, hubo mucho Puigdemont, con el que el Sánchez se podría reunir, incluso, antes de la aplicación de la amnistía

La economía va de miedo y la presunta corrupción no existe: son los bulos que lanzan la derecha y la ultraderecha. Por cierto, el muy democrático presidente, reiteró su disposición a sentarse a hablar con todos los partidos, “salvo con uno” es decir, con Vox. A los proetarras de Bildu, incluidos condenados por delitos de sangre, les da todo lo que piden, mientras a los de Abascal ni siquiera la posibilidad de sentarse a hablar. Así son las democracias progresistas.

¿Cómo es posible que a un gobierno asediado por la corrupción no se le pregunte por ello? El servilismo de los periodistas amigos del poder es cada vez más vergonzoso. Las únicas preguntas fueron sobre el fiscal general del Estado y las nuevas diligencias encargadas por el juez a la UCO para que investigue otros móviles incautados durante el registro del despacho de García Ortiz. Además, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales pidió este lunes al juez que impute otros dos delitos al fiscal general: uno de prevaricación y otro de apoderamiento ilícito de información. Todo enmarcado en el caso de la filtración de información sobre el novio de Ayuso.

¿Qué ha respondido Sánchez? “Antes del informe de la UCO manifesté mi confianza en el fiscal general del Estado. Después del informe, aún más”. Y es que, según don Pedro, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.

 

Nadie le preguntó sobre Begoña y las nuevas diligencias del juez Peinado, que ha llamado a declarar a responsables de Google, Indra y Telefónica por el software de la Complu, tampoco sobre su hermano, Aldama, Ábalos, Air Europa… Sin embargo, hubo mucho Puigdemont, con el que el Sánchez se podría reunir, incluso, antes de la aplicación de la amnistía.

 

 

Para terminar, entre las medidas aprobadas por el último Consejo de Ministros está el impuesto a las energéticas, que probablemente vuelva a ser rechazado en el Congreso, el IVA de los alimentos, que dejará de estar bonificado, la prórroga de las ayudas al transporte, al menos seis meses más, y la prórroga de dos años del escudo anti-opas para empresas consideradas estratégicas. Las pensiones contributivas subirán un 2,8% en 2025. Nos alegramos, pero, ¿de dónde saldrá el dinero?