A veces da vergüenza ser español. Hispanidad lo anunció el pasado día 2 y hoy, lunes 7 de octubre se ha confirmado. La Audiencia Provincial de Madrid permitirá -¡Cuánto bueno!- al juez Juan Carlos Peinado que continúe con la instrucción del caso Begoña Gómez aunque, eso sí, se cumple lo que ya anticipara Hispanidad: no podrá investigar Air Europa, es decir, la parte del león del caso. Tendrá que circunscribirse a lo que, por comparación no dejan de ser migajas: Barrabés, y sólo en parte, el master de la Complutense y un par de jugadas más. Neutralizado el juez, neutralizado el caso. Begoña Gómez queda impune, y Pedro Sánchez, también.  

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En segundos, toda la cuadra de periodistas del Sanchismo se ha ensañado con el juez Peinado asegurando que su instrucción era un disparate. Ni la Audiencia se ha atrevido a tanto. La Audiencia no ha anulado la causa -¡Sólo faltaba!- pero sí la ha reducido a la nada. El titular más habitual también hace gala de hipocresía: la Audiencia avala la investigación de Peinado -¡Sólo faltaba!- pero le prohibe investigar la cuestión de Globalia, matriz de Air Europa. Empezando por el final: la señora Begoña Gómez, filántropa para todo, recibe patrocinios de Globalia, gracias a su relación con el CEO del grupo e hijo del fundador, Javier Hidalgo. Su esposo, el presidente del Gobierno, se gasta casi 1.000 millones de euros de dinero público -nuestro dinero- en el rescate de la aerolínea. Y sí: en el caso concreto de la aerolínea, matriz del grupo, hubo un rescate mondo y lirondo.

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Un caso típico de tráfico de influencias de libro, el delito más fácil de mostrar aunque más difícil de demostrar. Por mucho menos que eso, han dimitido políticos en toda Europa.  

En segundos, toda la cuadra de periodistas del Sanchismo se ha ensañado con el juez Peinado asegurando que su instrucción era un disparate. Ni la Audiencia se ha atrevido a tanto

De postre, queda el linchamiento del juez Juan Carlos Peinado, que se ha atrevido a poner en solfa al todopoderoso virrey Sánchez: en cuestión de minutos, toda la cuadra de periodistas del Sanchismo se ha ensañado con el magistrado, asegurando que su instrucción era un disparate. Ni la Audiencia se ha atrevido a tanto: a lo mejor es que es más hipócrita que los plumíferos alineados.