Mañana viernes, ERC va a someter a votación entre sus bases el preacuerdo al que ha llegado con el PSC para investir al socialista Salvador Illa, con el apoyo de Comuns. Es decir, un nuevo tripartito, es decir, un nuevo Frente Popular, igualito al de 1936: socialistas, comunistas y separatistas.

Y aunque el acuerdo al que Pedro Sánchez ha llegado con ERC ha escandalizado al resto de España por lo que supone -prácticamente la independencia económica de facto, al ceder a Cataluña la recaudación de todos los impuestos, en contra de la solidaridad con el resto de españoles, entre otras muchas cosas-, ni tan siquiera semejante cesión satisface a los 'indepes' pata negra, cuya representación se atribuye Junts. Y por eso, su jefe, Carles Puigdemont, ha convocado a movilizaciones en las calles por medio de su organización satélite, la Assamblea Nacional Catalana (ANC), en caso de que Illa finalmente sea investido. 

Y es que a Puchi no le hace gracia que el socialista sea el nuevo 'president', porque lo quiere ser él. 

Otra cosa es que el todavía fugitivo de la justicia española vaya a tener éxito en su convocatoria de movilización, pues en Moncloa saben que ya no estamos en 2017 y que Puchi -y el independentismo en general- han perdido mucho fuelle social. 

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Por eso, ayer, en su habitual tono 'sobrado', Pedro Sánchez se permitió felicitar a ERC por este "magnífico preacuerdo". "¿Qué quieren que les diga? Yo estoy muy contento y muy feliz (por ese preacuerdo) y reclamo, por supuesto, el respeto y reconocimiento de un partido político independentista como ERC, que gracias a la negociación y al acuerdo, ha logrado importantes avances para reforzar el autogobierno en Cataluña".

El presidente recordó que este pacto con ERC ha sido apoyado unánimemente por la ejecutiva del PSOE y que "todos los socialistas, o al menos una amplia mayoría" quieren que Illa sea el nuevo president de la Generalitat.

Estas palabras de Sánchez tenían un claro destinatario: el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, también socialista, quien  antes había rechazado frontalmente el acuerdo. El líder del PSOE le lanzó un dardo: la noticia sería que "saliera en rueda de prensa apoyando al Gobierno".

Además, aunque no lo dijo, Sánchez sabe que los ocho diputados castellanomanchegos han sido puestos por él, no por Garcia Page (que solo elige a sus consejeros), por lo que en caso de que el preacuerdo con ERC tenga que ser validado en el Congreso, estos ocho obedecerán al 'rey Sol' (les va el sueldo en ello). 

En cualquier caso, en la rueda de prensa de ayer hubo al menos dos periodistas que le cantaron las verdades del barquero, cosa que al 'rey Sol' no le gustó. Y fue cuando Fernando Garea le espetó: "Ha pactado cederle el 100% de los impuestos a Cataluña cuando hasta ayer decía que era impensable ¿Por qué creerle cuando dice que no habrá referéndum?".

La otra pregunta que no gustó un pelo a Sánchez se la formuló el periodista de Expansión, Miguel Valverde: "Usted dijo ayer en Palma de Mallorca que no importa quién gestiona el dinero, sino su destino. ¿Eso significa que usted acepta la ruptura de la caja fiscal, del mecanismo de solidaridad entre las CCAA? ¿Significa eso que usted acepta también la ruptura de la caja única de la Seguridad Social, cuando llegue el momento, con el País Vasco?". "Al final, presidente, ¿no tiene usted la impresión de que sus pactos con los independentistas están tapando gravemente los éxitos económicos que pueda tener este Gobierno? ¿Por qué no convoca elecciones generales en lugar de aceptar los chantajes constantes del independentismo?". "La impresión es que usted no negocia, sino que se rinde". 

¡Boom! Pero no se apuren, el presidente seguirá rindiéndose con tal de permanecer en el poder...