A las 10,00 de la mañana del miércoles 18, la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía ante el juez Juan Carlos Peinado, acusada de cuatro delitos. Begoña Gómez sólo quiso responder a su abogado, ni a las acusaciones, ni al juez. Pero, lo más sorprendente es que tras doña Begoña iba don Juan José Güemes, exconsejero de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular. Güemes es el primer imputado por el capítulo Africa Center, el primer trabajo generosamente retribuido de Gómez, apartado del que se dice de todo menos bonito en los mentideros madrileños. Pues bien, el juez Peinado se sintió muy sorprendido cuando Juan José Güemes, no sólo se negó a responder a las preguntas del fiscal, si no también a las del propio magistrado. 

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Una hora antes, se producía el habitual rifirrafe en el Congreso entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, que sólo discuten sobre quién es más corrupto.

Pero el plato fuerte del día es que el Tribunal Supremo ha pedido al Congreso el Suplicatorio de José Luis Ábalos, que por algo es aforado. 

El asunto ya es fuerte en sí mismo, porque significa que el Supremo no cree a José Luis Ábalos ni a su amigo Koldo. Más bien cree a su acusador, Víctor de Aldama. Recuerden que no ha pasado una semana desde la declaración de Ábalos en el Supremo.

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Ahora bien, el cerco se cierra también sobre Pedro Sánchez porque la petición de suplicatorio sobre el exministro y número dos del PSOE parte de la misma investigación de la UCO, donde se pide que se investigue más a fondo el caso Air Europa. 

La propia Guardia Civil habla de una reunión mantenida entre Ábalos, entonces ministro de Transportes, la vicepresidenta Primera, Nadia Calviño, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En dicha reunión se aprobó el vergonzante rescate de Air Europa, de la familia Hidalgo, con dinero público. 

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En otras palabras, la propia UCO dice que hay que investigar más el Caso Air Europa. Lo que ocurre es que advierte que Ábalos no es el único aforado que aparece en la causa, en alusión directa a Calviño y Sánchez. Tras conocerse ese informe, el Supremo llama a declarar a Ábalos, no le cree, y ahora pide permiso al Congreso para juzgarle. La conclusión es evidente: lo lógico es que si imputa a un aforado se impute también a los otros dos aforados, tal y como le ha solicitado la acusación. Ahora, pensemos un momento: ¿se imaginan ustedes que el Tribunal Supremo llama a declarar a un tal Pedro Sánchez Pérez-Castejón? ¿Acusado, por ejemplo, de fraude con dinero público, y que posteriormente, no le creyera y, posteriormente, solicitara un suplicatorio para juzgarle? Pues eso es, precisamente, lo que está en juego. Evidentemente, el cerco se cierra sobre Pedro Sánchez. 

Un apunte final: el Caso Hidrocarburos puede resultar menos morboso que el de Africa Center, Air Europa, o el dinero supuestamente mal cobrado por Begoña Gómez del Instituto de Empresa o de la Universidad Complutense. Ahora bien, reparen en que ese el caso donde se manejan unas cifras de dinero más elevadas. Y es el caso por el que Víctor de Aldama acabó en prisión preventiva y,... decidió 'cantar'.